Cuidadores gerontológicos: Un servicio al prójimo que comenzó hace 20 años

Cáritas La Plata sigue dando el ejemplo a través de sus cursos de Cuidadores domiciliarios de adultos mayores. La mentora de la obra le confirmó a Hoy que “cada vez hay más empleos”

En 1995 comenzó el primer curso de Cuidadores Gerontológicos Domiciliarios dependiente de Cáritas La Plata. En silencio, transcurrieron 20 temporadas y 1400 egresados. En su niñez, Estela Villarreal (53)  fue quien sembró la semilla de la solidaridad en el barrio berissense de Santa Teresita. Comenzó ayudando a su madre “siendo un bastón para ella,  que tenía dificultad para caminar”. Hoy, la trabajadora social especializada en gerontología, repasa su ADN familiar recordando que tuvo una tía que vivió hasta los 104 años.

 Cuando  se casó, sintió el llamado vocacional de ayudar a los adultos mayores. La capacitación profesional (en la UBA) la llevó a redactar el plan para Cáritas, donde fue recibido con beneplácito por el Padre Fernando Enriques. “Cáritas tiene una impronta, una currícula medular, con una pedagogía de corte popular del aprendizaje y una mirada espiritual de la caridad. Los cuidadores, que en su mayoría son mujeres, deben estar preparadas interiormente. Vienen a tomar los cursos jefas de hogar, que son únicos sostenes de familia, que muchas veces están separadas y en una edad que las deja fuera del mercado laboral. Pero, con su experiencia de vida, tienen las condiciones para este servicio”, indicó la instructora.

La fe es el motor. Y va por delante del dinero. “A veces financió el Estado, otras sistemas de padrinazgos”, pero los cursos nunca se cancelaron. Con profesionales que “donan tiempo y conocimiento para el servicio de la Diocesana, como las enfermeras o médicas generalistas con experiencia en cuidados sanitarios”, acotó Estela. 

Fortalecerse de adentro hacia afuera

En 2013 llegó el Padre Andrés a asumir el rol de encargado máximo de la entidad eclesiástica. Una crisis originó el cierre de tres hogares en la región, y llegó la reestructuración. E incluso sirvió para afianzar el proceso de formación de los cuidadores domiciliarios, “con seguimientos para que pueda existir compabilidad de perfiles en el empleador y el que nosotros ofrecemos . Una vez egresados hay control y todos tienen como compromiso concurrir a seminarios de nivelación”. Los talleres son mas bien vivenciales-espirituales, y por ello se debe sostener interiormente fuertes a los cuidadores que están más expuestos, como los que se hallan los que tienen gran dependencia que les provoca una sobrecarga emocional. “Por eso priorizamos la conexión con el otro sobre la bibliografía”.

Estela tomó el pulso social y supo que la población adulta prolongaría la cantidad de años de vida. Así sembró y salió el fruto de los artesanos de la vida, como le gusta decir a Estela.