El avión supersónico del futuro

United Airlines ha anunciado que comprará 15 aeronaves de Boom Supersonic con la opción de encargar 35 más en el futuro. La entrada en servicio de este tipo de aviones marcaría el regreso de los vuelos supersónicos que cesaron en 2003 con el fin del legendario Concorde.

De hecho, en una entrevista con la CNN, el fundador y director general de Boom Supersonic, Blake Scholl, dijo que los objetivos de su empresa eran completamente diferentes a los del desaparecido Concorde, que cobraba 12.000 dólares por un viaje de ida y vuelta en los años 90.

El más cercano es Overture, que promete acortar a la mitad los actuales tiempos de vuelo entre las principales ciudades del mundo. El Overture volaría a 60.000 pies (18.000 metros) de altitud, según anunciaron sus fabricantes.

Esto es casi un 50% más que los aviones comerciales actuales, que suelen volar entre 35.000 y 40.000 pies, o de 10.600 a 12.000 metros. Le daría una visión mucho más panorámica de la Tierra, comparable a la sensación de un viaje por el espacio.

Esto permitiría viajar de Nueva York a Londres en 3 horas y media, y a Frankfurt en 4 horas. De San Francisco a Tokio en 6 horas o de Los Ángeles a Sídney en 8 horas y media.

El diseño de 55 asientos preveía un avión de 52 metros de largo y 18 de ancho, con un peso total de 77.100 kilos. Números más bajos que los del Concorde, que medía casi 62 metros de largo por más de 25 de ancho y pesaba 79.000 kilos vacío, y hasta casi 187.000 con su peso máximo al despegar.

El avión tendrá una capacidad de hasta 88 personas y se centrará en más de 500 rutas, principalmente transoceánicas.
El ambicioso objetivo de United Airlines es hacer volar el XB1 a finales de 2021, abrir una fábrica en Estados Unidos en 2022, construir su primer avión comercial, el Overture, en 2023 y tenerlo en los cielos en 2026.

Además de ser una alternativa notablemente más veloz que los vuelos comerciales, una de las directrices del proyecto es lograr que los aviones sean neutros en carbono. Esto quiere decir que no generen ninguna emisión nociva para la atmósfera, de manera que sea una opción de viaje mucho más sustentable que las alternativas tradicionales.