El desafío de escapar de la “era de las pandemias”

A un año de la aparición de la Covid-19, la comunidad científica destaca la importancia de reducir el impacto sobre la biodiversidad para evitar la aparición de nuevos virus.

Si bien nadie puede discutir la importancia de proteger la naturaleza, la pandemia de coronavirus obligó a poner el foco en el impacto de las sociedades en los ecosistemas y las consecuencias de la pérdida de biodiversidad en la aparición de nuevos agentes patógenos.

En este sentido, un informe elaborado por la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés), arrojó que la naturaleza alberga 1,7 millones de virus desconocidos para la ciencia, de los cuales se estima que entre 631.000 y 827.000 tienen la capacidad potencial de saltar a los humanos e infectar a la población como lo hizo el nuevo coronavirus.

Asimismo, el organismo independiente sostiene que los cambios en el uso de la tierra como la deforestación, ganadería, conversión a agricultura y las urbanizaciones, son los principales responsables de las pandemias, habiendo generado más del 30% de las enfermedades emergentes reportadas desde 1960.

En diálogo con diario Hoy, Sergio Lambertucci, investigador principal del Conicet y director del Grupo de Investigaciones en Biología de la Conservación (GrInBiC), señaló: “Lamentablemente, los seres humanos no tomamos conciencia de la gravedad de la situación hasta que no vemos que estamos realmente en problemas”.

Asimismo, el especialista destacó que si bien mantener los ecosistemas sanos es un “deber de la humanidad” también “es un reaseguro para nuestro futuro”.

De acuerdo al informe de la Ipbes, el 70% de las enfermedades emergentes (Ébola, Zika y la encefalitis de Nipah) y casi todas aquellas que generaron pandemias y epidemias (Influenza, VIH, SARS, Covid-19), fueron causadas por microorganismos que se originaron en animales.

“Si la pandemia es una ola, lo que viene detrás es un tsunami, integrado por el cambio climático y los problemas que sufren los ecosistemas, que van a impactar sobre la probabilidad de nuevas pandemias, sobre la producción de alimentos y sobre un montón de aspectos que están relacionados a nuestra salud y a la de los ecosistemas, si no cambiamos el rumbo”, aseguró Lambertucci. Luego añadió: “Si hacemos las cosas un poco mejor, hay posibilidades de cambiar el rumbo al que estamos yendo, que es un rumbo catastrófico”.

En concordancia con el investigador argentino, el doctor Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance y director del taller de Ipbes que llevó a cabo el informe, sostuvo: “Tenemos cada vez más capacidad para prevenir pandemias. Podemos escapar de la era de las pandemias, pero esto requiere un mayor enfoque en la prevención además de la reacción”.

Preocupación por el cambio climático

Así como preocupa el impacto de la raza humana sobre los ecosistemas, desde Naciones Unidas volvieron a alertar sobre la importancia de tomar medidas que permitan reducir el cambio climático.

De acuerdo al informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el período 2011-2020 sería el más cálido de la historia de la Tierra, siendo los últimos seis años los que mayor temperatura registraron.

En este sentido, el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, aseguró que “2020 fue, por desgracia, otro año preocupante para el clima”. Luego añadió: “Los récords de calor suelen coincidir con años de fuertes episodios de El Niño, como ocurrió en 2016. La Niña, por el contrario, suele enfriar la temperatura mundial, pero el importante fenómeno de La Niña de este año no ha servido para frenar el calentamiento”.

Asimismo, el organismo destacó que existe una probabilidad sobre cinco de que hasta 2024, el aumento de temperatura se sitúe temporalmente por encima de la barrera de 1,5°C, en comparación con la época preindustrial.

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