cultura
El hombre que puso su sello a Los Beatles
George Martin fue el productor del cuarteto de Liverpool, el que los ayudó a remontar vuelo a alturas a las que ningún otro grupo pudo llegar.
Sus sugerencias fueron sabias e históricas. Un día en la vida, tiene un crescendo como una bola creciendo al rodar en los pasillos de un hospicio que remata en un pianísimo; esa fue una idea de George Martin. También fueron inciativas de él solo de corno en Para nadie, la trompeta que remeda a Bach en Penny Lane, o el octeto de cuerdas de Eleonor Rigby. Son solo algunas muestras de la audacia creativa de George Henry Martin, un músico nacido en Londres en 1926, y que pasó a la historia con el apodo de “El Quinto Beatle”.
Se inició tocando el piano y el oboe, y a los 17 años entró a la banda de la Armada. Terminada la Segunda Guerra Mundial fue contratado por la BBC para que se encargara del departamento de música clásica. En 1962, el representante de Los Beatles le hizo escuchar una grabación de la banda. En su autobiografía, George Martin dice que en ese momento descubrió algo: “Había una cualidad especial del sonido; una cierta aspereza que nunca había encontrado antes. Y estaba también el hecho de que eran varios los que cantaban.” Se reunió con la banda y desde esa tarde no se separaron. Era como un padre con cuatro hijos, y no solo por la diferencia de edad.
Dijo John Lennon en 1971, a propósito de George Martin: “El nos hizo ser lo que fuimos en el estudio de grabación. Nos ayudó a desarrollar un lenguaje”. George Martin fue el que hizo que los Beatles firmaran su primer contrato con una discográfica, en 1962. Artísticamente creció a la par de ellos, abriendo posibilidades para la experimentación o para técnicas como la utilización de cintas múltiples o arreglos sinfónicos.
Mirando la película Farenheit 451 –la adaptación cinematográfica que François Truffaut hizo de la novela de Ray Bradbury-, descubrió en la banda de sonido compuesta por Bernard Herrmann, la riqueza contrapuntística que puede tener un doble cuarteto de cuerdas, y decidió incorporarlo en Eleonor Rigby, la canción compuesta por Paul McCarney para el disco Revólver. Una innovación total. No hay ninguno de los instrumentos característicos de la banda: ni guitarra, ni bajo, ni batería. No hacían falta para instrumentar esa obra maestra cuyos arreglos nacieron de la cabeza de George Martin.
Ingresó al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1999 y fue nombrado Sir por la Reina Isabel II. Luego de los Beatles, George Martin tendría otras experiencias artísticas, trabajaría con la Mahavishnu Orchestra, Jeff Beck, Elton John, Bob Dylan y Sting. Pero su nombre quedó indisolublemente unido al del cuarteto inglés que cambió para siempre la música popular.
Paul McCartney dijo de George Martin, cuando el 8 de marzo de 2016 se enteró de su muerte: “Tengo tantos recuerdos maravillosos de este gran hombre que estará conmigo para siempre. Era un verdadero caballero y como un segundo padre para mí. Dirigió la carrera de The Beatles con tanta habilidad y buen humor que se convirtió en un verdadero amigo para mí y mi familia. Si alguien se ganó el título de el quinto Beatle fue George. Desde el día en que dio a The Beatles nuestro primer contrato de grabación, a la última vez que lo vi, era el más generoso, inteligente y musical de los tontos que he tenido el placer de conocer. El mundo ha perdido a un gran hombre que dejó una huella indeleble en mi alma y la historia de la música británica.
Que Dios te bendiga, George y todos los que navegan en ti”.