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El mayor eclipse de la historia del rock mundial

El lado oscuro de la luna, primer álbum conceptual de Pink Floyd, dejó marcas indelebles en la música contemporánea.

"Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad” fue la frase que Neil Armstrong dijo cuando pisó la luna. Un gran salto para la banda británica fue la edición, en 1973, de su octavo trabajo, El lado oscuro de la luna, disco que hasta hace poco tiempo –cuando la cultura digital no barriera con todo- vendía cerca de 250.000 copias por año, en un récord nunca superado.

Por esa época algunos definían a Pink Floyd como la versión cerebral y avant garde de Los Beatles, y eran muy celebrados sus efectos especiales, tan propicios para ambientes construidos químicamente. El nombre de la banda era un homenaje a dos bluseros: Pink Anderson y Floyd Council. Tenían una sofisticación que los había vuelto una banda de culto. Tenían aspecto de hippies alucinados pero plácidos. No eran muy amigos como lo reconoció David Gilmour: “Ninguno fue muy amigo de los otros. Ni siquiera en los buenos tiempos. Nunca nos llevamos muy bien y siempre nos consideramos compañeros de trabajo”.

Storm Thogerson –del estudio Hipgnosis- fue el encargado de hacer esa portada icónica sin título, con prisma piramidal y un arco iris que irradia sus colores en la más completa oscuridad, de un disco que se volvería insoslayable en la historia del rock, una piedra fundamental de lo que serían las obras conceptuales, cuyos pioneros fueron Los Beatles, The Who y Kinks.

La banda ensayaba en una casa de propiedad de Los Rollings Stones y la grabación se hizo en los estudios Abbey Road –donde Los Beatles grabaron casi la totalidad de sus discos-, en sesiones que duraron 38 días. Roger Waters terminó las letras allí mismo; en algunos casos, momentos antes de grabarlas. Armó una poética que le diera unidad a todos los temas. Dijo que su idea era que todo tuviera que ver con la posibilidad de volverse loco. Vale recordar que el líder inicial de la banda, Syd Barret, terminó en un manicomio en medio de la grabación del primer disco. El título provisional fue “Eclipse: A Piece for Assorted Lunatics”. Ensayaban los temas en vivo, querian palpar la reacción del público antes de grabar las canciones. Por eso, la grabación pirata hecha en Brighton, en 1972, fue conocida antes de que el disco saliera a la venta.

Alan Parsons fue el ingeniero de sonido, quien se valió de las técnicas de grabación más avanzadas de la época, utilizando 28 canales con cuatro salidas cuadrafónicas y haciendo mezclas de dieciséis pistas. Ya había trabajado con ellos en el disco Madre de corazón atómico. Tenía por entonces 24 años y tres años después editaría Cuentos de misterio e imaginación, un disco basado en textos de Edgar Allan Poe que marcaría el inicio de una exitosa carrera musical.

El disco tiene cinco temas de cada cara, y muchos clásicos, como Money -canción que ninguna FM se abstuvo de pasar en algún momento-; Us and them –el primer tema en grabarse-; Time, con su comienzo impactante; o The Great Gig in the Sky –inolvidablemente cantada por Clare Torry-, que fuera votada en una conocida revista de música como “la mejor canción para hacer el amor jamás compuesta”.

Una de las características del disco son los retazos de conversaciones que aparecen entre las canciones o por encima de ellas. Durante las sesiones de grabación, Roger Waters grabó preguntas que hizo al personal del estudio referidas a la locura, la violencia y la muerte. Parte de esas contestaciones fueron incluídas en la grabación.

El disco salió a la venta en marzo de 1973, y casi de inmediato se puso al tope en las listas de más vendidos en Inglaterra y Estados Unidos, quedándose dentro de los cinco primeros del ranking durante cerca de 1000 semanas consecutivas. Fue el tercer disco más vendido de la historia de la música, detrás de Thriller de Michael Jackson, y Back in Black de AC/DC. El disco fue remasterizado y reeditado en numerosas ocasiones. Según el escritor y rocker Rodrigo Fresán, “Pink Floyd es una marca que vende por sí sola: el único dinosaurio que en su momento soportó el embate del punk y la new wave”.

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