Colapso sanitario

“El médico debe estar templado y va a necesitar un psicólogo”

Frente al colapso de los hospitales, los profesionales de la salud se enfrentan a grandes dilemas. “El drama que vivimos hoy es terrible”, dice Alba Stagnaro, presidenta del Comité de Bioética y Ética de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP.

En el marco de la segunda ola de contagios de coronavirus y el desembarco de la cepa Manaos en la ciudad de La Plata, la situación de colapso sanitario genera una serie de dilemas para los hospitales y su equipo de profesionales de la salud. Frente a la capacidad saturada tanto del sistema público como de las instituciones privadas, los médicos deben tomar decisiones asistidos por los comités de ética o su propio criterio. “Aun si el paciente que se deja sin respirador tiene 80 años y ningún buen pronóstico, el médico que toma la decisión debe estar templado y va a necesitar un psicólogo”, dice Alba Stagnaro, presidenta del Comité de Bioética y Ética de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. “El drama que vivimos hoy es terrible”, afirma.

De acuerdo a la Ley Nacional Nº 24.742, sancionada en 1996, todo hospital del sistema público de salud y seguridad social debe contar con un Comité Hospitalario de Ética. Su objetivo, dice la ley, es cumplir funciones de asesoramiento, estudio, docencia y supervisión de la investigación respecto de aquellas cuestiones éticas que surgen de la práctica de la medicina hospitalaria. En teoría, debe tratarse de grupos multidisciplinarios integrados tanto por médicos como por otros actores de la sociedad como abogados, antropólogos o, incluso, representantes de la comunidad vecinal.

“Hay dos tipos de comité: de ética o bioética y de investigación”, ex­plica Stagnaro. “En algunos lugares están los dos juntos, pero en general están separados y cumplen funciones distintas. Por desgracia, hay cada vez menos. El Comité Central de la Provincia debe aprobar los comités de cada hospital. Acá en La Plata hay acreditados ocho comités, de los cuales solo tres son estatales: el del Hospital de Niños, el de Gonnet y el de la Facultad de Medicina. Como insumen mucho tiempo y son ad honorem, muy poca gente quiere reunirse cuando ni siquiera tiene tiempo para volver a su casa”.

Durante las últimas semanas, la ocupación de las salas de terapia intensiva y el cierre de algunas guardias provocó situaciones extraordinarias en el ámbito sanitario de nuestra ciudad. En ese contexto de urgencia, la convocatoria del comité para una sesión suele quedar fuera de las posibilidades por una cuestión práctica.

“El paciente necesita el respirador ya, no en tres horas”, dice Stagnaro, y explica: “En esos casos, el médico tiene que aplicar su criterio y carga con la decisión sobre sus espaldas. ¿A quién meto en la única cama que tengo? Tengo en espera a tres personas: una chica de veinte años, un trabajador de 50 años y al amigo de un funcionario. Es dramático. Pongamos que me banco las presiones de la persona influyente, pero ¿pongo a la chica de veinte años porque tiene mejor pronóstico o al padre porque tiene cinco hijos a cargo? Esa instancia no debiera existir, pero los recursos son finitos y hay que decidir. Es terrible”.

Ante la necesidad de respuestas inmediatas, cada profesional de la salud acude a su propio bagaje y sentido de la ética; considerando, como dice Stagnaro, dejar de lado el “encarnecimiento terapéutico”. Es decir, la decisión de seguir aplicando procedimientos médicos sobre un paciente con una patología terminal. “La Facultad de Medicina tiene la cátedra de Bioética, pero es optativa”, dice Stagnaro, y agrega: “Ahora yo hice una propuesta para que sea obligatoria. Claro que, en cada materia, cada profesor puede ir metiendo esas discusiones. La ética es básica, especialmente para un médico. Mucha gente después lo puede empezar a debatir con el relativismo, pero hay cosas que son blanco o negro. Si hay zonas grises, se discuten: una ética de máxima y una ética de mínima. La medicina tiene que unir lo filosófico con lo práctico. Ciencia y humanismo de la mano”.

Sigue la alerta por las camas

En La Plata la situación sigue tensa, en especial por el número de camas disponibles. Según confirmaron fuentes del hospital San Martín a diario Hoy, las camas siguen ocupadas pero se están ampliando salas en otros espacios, sumado a que bajó la demanda de hisopados.

Según relató a este multimedio el presidente del Colegio de Médicos de La Plata, Jorge Mazzone, “se agregaron camas en el hospital de Gonnet, estaban armando otras en el San Juan de Dios y el San Martín; además de que estaban tratando de terminar el equipamiento de algunos hoteles como el de Suteba; se están generando nuevos espacios”.

“Hay que dar un tratamiento a la gente para que no tengan un cuadro severo porque eso termina en respirador, que es lo que más hace falta”, agregó el especialista.

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