cultura

El padrino del cine undergound

Jonas Mekas es un artista lituano que se convirtió en un emblema de la escena independiente a escala mundial.

No puede hablarse de cine alternativo sin nombrar a Jonas Mekas. Conocido popularmente como el padrino del cine underground, este lituano emigró a Estados Unidos para convertirse en una de las figuras más célebres de su escena independiente, donde desarrolló no sólo películas, sino también libros teóricos, exposiciones y otras disciplinas vanguardistas que perseguían un objetivo común: seguir ampliando las fronteras de lo que entendemos por arte. Cineasta, teórico, crítico, programador y catalizador de corrientes vanguardistas, entre otras muchas cosas más, sus logros en una carrera de más de medio siglo de duración no deben caer en el olvido.

Nacido en una aldea lituana de noventa y ocho habitantes, de joven lo llamaban a la oficina de correos, él dejaba todo lo que estaba haciendo e iba a atender el teléfono para responder a los periódicos dónde había aparecido algún artículo suyo. Había empezado leyendo pocos libros y diarios viejos que había en su granja, y en las granjas vecinas, y en todas las casas del pueblo, y después siguió ampliando su radio de influencia.

Lo que le pasó a Mekas desde entonces le pasó también a ocho millones de europeos: aquellos que sobrevivieron a los lager y, después de la rendición del Reich, boyaban de un campo de desplazados a otro porque no tenían a donde volver.

En 1949 arribó a Nueva York, donde en sus primeros años trabajó en infames líneas de montaje de una fábrica, hasta que logró juntar los dólares para comprarse su primera filmadora Bollex, con la que se convirtió en el patriarca del cine avant- garde norteamericano.

Curiosamente, la primera película terminada por Mekas poco tiene que ver con su obra posterior. La pequeña obra narrativa Guns of the tres daría paso a un cuerpo de obra que comprende casi 50 películas. En lo que constituye una de las documentaciones más meticulosas de una vida, Mekas recorrió Nueva York, Estados Unidos y el siglo XX - codeándose con personajes de la talla de John Lennon, Salvador Dalí y Andy Warhol- con la desesperada convicción de estar perdido en todos lados y con la cámara siempre filmando.

En 1959, escribió “Necesitamos películas menos perfectas, pero más libres”. Más de 50 años después, parece que estas palabras no han perdido ni un ápice de vigencia. Ese cine arriesgado que Mekas practicaba y defendía sigue siendo necesario hoy para huir de la homogeneidad de las grandes producciones y las historias de corte clásico.

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