cultura
Cuando Alberto Olmedo fue el ídolo de los niños
En 1960 se estrenó en la televisión argentina el Capitán Piluso, un programa de televisión que desde La Plata cautivó a la infancia de todo el país.
Alberto Olmedo era acróbata del Newell's Old Boys de Rosario. Tenía 18 años y ese fue su primer encuentro con el público. Para sobrevivir formó con un amigo de la infancia lo que ellos llamaron “Pareja de Bailarines Excéntricos” -eran una suerte de payasos que usaban el baile como excusa-, la bautizaron mezclando el nombre de ambos: “Tonio-Olmedo”. Alberto, el más histriónico de los dos, acolchaba su cuerpo esmirriado para fingir ser la mujer en esa pareja estrambótica. Ganaban, entre los dos, 25 pesos por noche. Demasiado poco para escapar de la mishiadura. Alberto Olmedo pensó que Rosario no daba para más, y se fue a Buenos Aires
Camino por primera vez las calles porteñas en 1955. Vino a la aventura. No se le había ocurrido la idea de hacer televisión: “Ni siquiera había soñado poder comprar un aparato alguna vez”. Un amigo camarógrafo le propuso trabajar como ayudante de técnico en un canal. Alberto le hizo el chiste de que había venido a Buenos Aires en busca de un empleo decente. Aprendió el trabajo de los swichezts, los operarios del control técnico de televisión cuya tarea consiste en enviar al aire la cámara que ordena el director. Viendo los responsables del canal su personalidad irradiante decidieron ponerlo ante las cámaras en La troupe de TV y, luego Joe Bazooka. Pero su gran éxito sería el 2 de agosto del 60, cuando dio a conocer su inolvidable Capitán Piluso.
El ciclo se emitió por primera vez en Canal 9, pasó a Canal 7 y, finalmente, fue el programa de más rating del Canal 2 de La Plata. Alberto Olmedo estaba acompañado por Coquito, cuyo nombre es Humberto Ortiz, caracterizado de marinero. Los libretos eran de Bertos Pacheco y Obbes. En un comienzo iba a ser un micro de apenas cinco minutos, pero el personaje prendió tan rápido en los chicos que de inmediato decidieron hacerlo de una hora. Al poco tiempo hubo que incluir una tribuna para chicos en el estudio.
A Alberto Olmedo le entusiasmó la idea desde el comienzo: “Dije de inmediato que sí. Yo había conocido a Coquito en uno de mis programas anteriores y nos habíamos hecho bastante amigos; sabía que él escribía y le pedí que me hiciera los libretos. Aceptó, y luego aceptó también incorporarse al programa como un marinerito. Así fue como empezamos a trabajar juntos”. Su gorra de pescador y su gomera fueron dos detalles de su indumentaria que formaban parte inescindible de la identidad del personaje. No obstante, cuando los militares usurparon el gobierno durante la última dictadura, mandaron que dejara la gomera y el apelativo de “capitán”. Coquito, por su parte, debió dejar de lucir como marinero.
En todos los programas se escuchaba una voz -que se suponía era la abuela de Piluso-, con un llamado ineludible: “A tomar la leeeche”. Inés Jaroslavski era la dueña de esa voz que nunca apareció en cámara. Era la hermana de la por entonces esposa de Alberto Olmedo. El programa hizo que esa hora -de 17 a 18 hs-, quedara consagrado como el de la taza de leche vespertina.
El 12 de noviembre de 1971 se produjo en el Luna Park una pelea histórica. Subieron al ring Martín Karadajián -quien encabezaba la troupe del programa Titanes en el ring- y el Capitán Piluso. A la manera de Mohammed Alí, Piluso anunciaba: “Cuando agarre a Karadagian le voy a hacer la toma Floqui, lo voy a reventar, lo voy a romper todo”. Piluso llegó en helicóptero a la cita pugilística. Todos los detalles fueron transmitidos en directo por la televisión. El rating estalló. La pelea, previsiblemente, fue empate.
Fue el único programa infantil que Alberto Olmedo hizo en su muy extensa carrera. Alcanzó para quedar para siempre en la memoria de los que por aquellos fueron niños. Como Fito Paez, quien en 1994, incluyó en su disco Circo Beat, el Tema de Piluso, en el que recuerda que no había merienda si no había capitán.