El único olímpico que encestó la ciudad

Hace 70 años Oscar Pérez Cattaneo partía en un barco con la delegación argentina que no trajo medalla de los Juegos de Londres, pero que pasaría a la inmortalidad por llevar a un platense que ostenta el récord

"Cuando mi abuelo todavía estaba de novio, se fue a jugar las olimpíadas de Londres. Al llegar a cada puerto ya le escribía cartas a quien sería mi abuela. Volvió de jugar con la Selección y como se casó, se quedó sin el Mundial jugado en la Argentina dos años después”. El relato es de una nieta de Oscar Pérez Cattaneo, el basquetbolista que mantiene el récord personal en su ciudad natal de ser el primero -y el último- que llegó a un Juego Olímpico con la camiseta nacional de basquet. 

Familiero. Es la sensación que queda tras sel relato de quienes compartieron el hogar, esa verdadera cancha donde nacen los grandes. Tal vez por eso, al hacerse el homenaje en vida en un lugar como el Pasaje Dardo Rocha, ese día parecían estar todos... como si supieran que al poco tiempo el maestro se iba a despedir para siempre.

Oscar había nacido el 4 de noviembre de 1922. Si bien creció en 13 y 70 (casa que la propia familia decidió conservar como un patrimonio) encontró su mundo en Tolosano, club que le dio su primera camiseta.

Vistió dos casacas albiazules con pasión, la de Círculo Tolosano -primero- y la de Gimnasia para cerrar el ciclo brillante.

Cuando Oscar era el temible crack, el basquet aún era amateur. No interesó la ganancia económica, porque el valor como persona y jugador que se ganó alcanzaría para vivir con tranquilidad. Su oficio fue el de gestor, y viajaba a General Belgrano donde tuvo su propia oficina, al mismo tiempo que seguía ligado a esta disciplina deportiva como técnico de sus dos amadas instituciones.

La nieta mayor, Virginia Pérez Cattaneo, de 42 años, hoy con cargo político en la delegación municipal de Villa Elisa, agrega que esa carrera la siguió por su reconocido abuelo. “El y mi abuela Ethel Coretti me dieron mucho cariño cuando pasaba mi adolescencia en la casa de ellos, estudiando y construyendo mi futuro”. 

Oscar y Ethel trajeron dos hijos, Susana (que le dio un “triple” de nietos) y Guillermo (otros tres, entre ellos Virginia). 

Virginia agradeció el llamado de Hoy y finalizó con un deseo. Que la historia tenga  la continuidad de la genética dentro de una cancha de basquet. “Cuando nacieron mis hijos, el abuelo Oscar vivía. Mis dos primeros hijos son mellizos, es decir, los bisnietos de ese hombre ejemplar”. Uno es Francisco y el otro Valentín, quien hasta el año pasado (cuando un torneo de la APB llevó el nombre de Oscar Pérez Cattaneo) jugaba lindo con los colores de Deportivo Villa Elisa. Por ahora frenó la bocha, se metió en los libros, y quizás tome el suficiente envión para que la vuelta sea con alguna joya del abuelo.