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“En las restauraciones patrimoniales no se busca la estética”

La platense María Paula Farina Ruiz es especialista en reparación de vitrales y hace más de 17 años que se dedica a este arte. Habló sobre el nacimiento de esta pasión, de su formación y acerca de sus trabajos en el universo mágico del vidrio.

En este momento estoy trabajando en una cúpula de vitral muy particular, porque no es con la técnica tradicional con varillas de plomo, sino que tiene varillas de bronce y su red interna es de varillas de plomo cubiertas con hojalata. Es una técnica muy interesante, con bastantes patologías. Es un trabajo privado para una casa acá en la ciudad”, le contó a diario Hoy la vitralista y restauradora platense María Paula Farina Ruiz.

La especialista acaba de finalizar una remodelación muy importante de casi dos años, que fue la restauración de los vitrales de la cúpula de la confitería La Ideal, un local de 1912, símbolo de Buenos Aires. “Tengo varios trabajos. Lo que hago es estipular un tiempo, trabajarlos en ese tiempo, cumplir los plazos y, una vez que concluyo uno, puedo comenzar con el otro”, sostuvo.

La próxima tarea será en la confitería de Las Violetas, también Capital Federal, donde están realizando distintas etapas de restauración. También en la Confitería del Molino, donde deberán restaurar la marquesina.

“Tengo un taller acá en La Plata y después trabajo con distintos equipos en Buenos Aires, según donde sea el trabajo de restauración, porque la mayoría de estos trabajos como son en edificios patrimoniales requiere que los vitrales no sean trasladados, por ende monto talleres de obra”, expresó.

La profesional recalcó que su gran trayectoria comenzó como un hobby. En el 2006, realizó la Tecnicatura Superior en Vitrales, una carrera que dictaba el Instituto Catedral de La Plata y allí empezó a desempeñar el oficio.

“Anteriormente no había tenido contacto con el vitral, solamente lo admiraba y quedaba fascinada con los vitrales de la catedral de La Plata. Pero esta pasión nace unos años antes en un viaje por Europa, donde surge el interés de empezar a estudiar, de hacer un curso de vitrales”, especificó.

Cabe señalar que la carrera como Técnico Superior en Vitrales nació en el año 2000 con la gran obra de restauración que se hizo en la catedral de la ciudad y la realización de las dos torres.

Luego, en el 2005, el curso pasó a tener un legajo para el Ministerio de Educación, pero por la falta de alumnos en el 2009 se hizo un cierre escalonado hasta que finalmente desapareció.

“No hay universidades en América que permitan estudiar la conservación y restauración. Por eso es muy importante la formación de estos alumnos, de estos chicos que hoy están trabajando. Somos muy poquitos los que nos formamos profesionalmente. En Europa existían tres universidades. La única qué hay hoy en día con su carrera completa es la de la universidad de York, en Inglaterra”, detalló.

Consultada sobre la perdurabilidad de las obras, explicó: “Aún hoy hay piezas que se encontraron del siglo VIII que siguen en pie.
También encontramos vitrales de, por ejemplo, una de las catedrales más antiguas como la de Chartres, en Francia, que tiene vitrales del siglo XII y sus pinturas están intactas. Y hay vitrales del siglo XIX, que las pinturas se van saliendo. Eso depende de la calidad de los materiales, que esa pintura vaya a un horno y que la cocción llegue a 600 grados. Puede ser que esas piezas cuando se estaban horneando no llegaron a temperatura, entonces con el tiempo se salen”.

Los lineamientos internacionales, según la experta, apuntan a mantener la originalidad para que la pieza se siga conservando y restaurarla lo más parecida a la original. “Antes de intervenir un vitral hay que buscar de dónde salió, quién lo trajo, la firma, el taller, la fecha. Cada taller se diferenciaba en algo”, señaló.

“Bajo cualquier circunstancia las piezas de vidrios originales hay que mantenerlas siempre por más que estén rotas. Hay que intentar no tocar de más, restaurar lo justo y necesario. En las restauraciones patrimoniales no se busca la estética, lo que se busca es conservar, porque vos lo que querés mostrar son las heridas más allá del paso del tiempo”, concluyó.

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