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Expertos advierten sobre la necesidad de crear nuevos antibióticos para el futuro cercano

La automedicación, generada por autodiagnosticarse, está generando que las bacterias sean más fuertes. En poco tiempo, puede haber superbacterias y los antibióticos actuales podrían no servir.

La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace tiempo advierten sobre las consecuencias de la automedicación en el futuro. Hoy ya se estima que, para 2050, la resistencia microbiana será una de las principales causas de muerte, incluso superando al cáncer.

Los remedios para distintas enfermedades están perdiendo efectividad y las bacterias más poderosas matan más de 700.000 personas cada año. Las víctimas son de todas las edades y regiones, y el desafío es encontrar nuevas drogas que reviertan este panorama.

Según el SADI, “los antibióticos son cada vez más ineficaces, a medida que la farmacorresistencia se propaga por todo el mundo. Esto conduce a más infecciones difíciles de tratar y aumento de la mortalidad”. La resistencia de los gérmenes a los antimicrobianos es un proceso natural. Pero en los últimos años se aceleró por el mal uso de esos medicamentos. Este es uno de los fundamentos de una nueva ley que recientemente tuvo media sanción de Diputados y que plantea que los antibióticos se vendan con receta archivada.

Los infectólogos advierten que, aunque se generen nuevas y mejoradas drogas, “si no se cambia la forma en que se utilizan actualmente, esos nuevos antibióticos tendrán el mismo destino que los actuales y se volverán ineficaces”. Aseguran que para el 2030, el consumo de antimicrobianos aumentará el 67%.

Automedicarse, totalmente negativo

Para el infectólogo Ángel Marcelo Colque, “cuando hacemos presión con estos antimicrobianos, sin control alguno, aceleramos la resistencia de muchas bacterias que se encuentran en las casas o donde se junta la gente. Termina siendo una complicación para cuando necesitamos hacer un tratamiento”. O sea que cuando las personas se recetan a sí mismas, sin un médico de por medio, se agrava la situación. “Toman medicamentos para patologías que no se necesitan, como por ejemplo un resfrío o una gripe, que son virales y no requieren antibióticos”, dijo Colque. No debemos tomar antibióticos salvo que nos lo prescriba un médico.

El infectólogo también toca otra arista del tema: “Hay que decirle a los farmacéuticos que no dispensen estos remedios sin controles”. Además, explicó que los programas para el personal de salud son fundamentales; y también, educar a las personas sobre el mal uso de los antibióticos. Existe el problema de que no están apareciendo nuevos antibióticos para nuevos gérmenes, o más avanzados y fuertes que antes.

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