Historias de vida de un carnaval pasado por agua
Doña Teresa tiene 85 años y vive sola en el barrio San Carlos. El domingo pasado colapsó la zanja de la cuadra y el agua estuvo a punto de entrarle a la casa.
Doña Teresa tiene 85 años y vive en una casa de la zona de San Carlos. Conoce las calles de San Carlos como la palma de su mano, que tiene más de ocho décadas de carnavales.
Durante el fin de semana, Teresa sufrió las consecuencias del mal estado de las calles y de los desagotes de las veredas.
El domingo a la tarde, entre chaparrones y viento, el agua se acumuló sobre la calle 135 y estuvo a cinco centímetros de ingresar a su casa, donde vive con algunas mascotas, un televisor que siempre está encendido como compañía y la comida que le acercan algunos familiares que están en la zona.
“Los vecinos acá necesitamos que vengan a limpiar las zanjas, que se lleven la basura y que limpien un poco. No puede ser que lluevan dos gotas y siempre pasa lo mismo. Reconozco que hay algunas personas que son bastante sucias y dejan la basura en la zanja en lugar de buscar algún cesto. Pero tienen que venir a limpiar todo esto”, reclamó la señora, que vive al lado de la familia de Jorge Rusconi, un referente de la zona de San Carlos.
“No puede ser que cada vez que llueve, y eso que no llovió mucho, tenemos el mismo problema. ¿Qué más tenemos que hacer para que el señor Garro o alguien del municipio venga a arreglar los pozos o a limpiar las zanjas?”, expresó indignado un hombre que trabaja como locutor comercial.
Con respeto a la invasión de mosquitos que afectó a la ciudad durante los últimos días, esta abuela del barrio San Carlos se tomó la situación con humor.
“Se ve que no me quieren los mosquitos y no me vienen a picar mucho acá. El pasto está muy alto en la vereda, pero yo estoy metida siempre en mi casa”, dijo.