CULTURA

Horacio Guarany: el poder de las canciones

Fue uno de los grandes creadores de canciones de protesta en su época. Siempre sostuvo que los artistas tenían que decir lo que la gente no podía y Si se calla el cantor no fue la excepción.

Nacido el 15 de mayo de 1925 en la provincia de Santa Fe, Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo, más conocido como Horacio Guarany, luchó varios años para abrirse camino dentro del mundo del folclore. A los 17 años decidió instalarse en Buenos Aires para comenzar a dar sus primeros pasos en la música. Con una impactante voz, acompañada de una personalidad carismática, extrovertida y divertida, el artista fue construyendo canciones de denuncia, de protesta y de amor. “Toda mi vida en general, no solo la artística, ha sido una gran felicidad para mí. Alguien me enseñó alguna vez que lo importante es saber vivir. No hace falta tener títulos, dinero o fama, cuando vos odiás a alguien, el veneno te mata a vos”, supo destacar en una entrevista mucho tiempo atrás.

A lo largo de los años, Guarany pudo construir una relación única con su público y con la gente en general. Como si fuera poco, cosechó miles de amistades del ámbito con quienes pudo grabar en más de una ocasión. Sin lugar a dudas, Si se calla el cantor forma parte de este selecto grupo de canciones. Ahí lograron coincidir dos de los máximos exponentes de la canción popular argentina y de la región, Horacio Guarany y Mercedes Sosa. A pesar de que su relación tuvo algunos altibajos, esta canción de 1972 logró demostrar el talento y la sensibilidad de estos dos artistas. “Las canciones siempre tienen un cometido y un destino. Es muy raro que el que compone de verdad haga una canción solo por hacerla, siempre hay algo. En la época oscura me prohibían hablar sobre las injusticias y las problemáticas del país. Ahí me decían: No hables más, para qué te metés. Yo les respondía que el cantor, si se siente portavoz del pueblo y se siente apoyado por el pueblo que compra sus entradas y sus discos, cómo no va a decir las cosas que cree que son injustas para la gente. Cómo no va a decirlo uno que tiene micrófono, qué le queda al obrero, si no”, reflexionó en una ocasión Guarany.

Bajo estos pretextos y convicciones fue que se creó Si se calla el cantor, que tiene la particularidad de haber sido una canción compuesta de un tirón. Sumado a esto, estos versos se transformaron en una película que fue dirigida por Enrique Dawi, teniendo como protagonista al mismo Guarany y estrenada en 1973. La canción además fue traducida en varios países y utilizada en tantos otros a modo de protesta, entendiendo que si se acaba la expresión, no queda absolutamente más nada.

Para muchos, Si se calla el cantor enseña sobre la justicia social y el rol que puede llegar a cumplir tanto el artista como la canción. Al mismo tiempo, logra generar imágenes concretas y claras. En ese sentido, Guarany se adjudica ese rol de representación del pueblo. La canción, sin duda, fue pionera de todo lo que vino después. Horacio González hace ya un tiempo, a la hora de hacer una breve reseña del tema, destacó: “Si se calla el cantor se presenta como un mundo imposible de vivir. Demostró que la lucha puede ser social, además de política”.

Horacio Guarany fue víctima de atentados, muchas de sus canciones fueron prohibidas, recibió varias amenazas de muerte por parte de la Triple A y debió exiliarse en España al igual que muchos compañeros suyos. “El pueblo no podía hablar. Y yo fui uno de los mayores creadores de esas canciones. Los cantores teníamos que decir lo que la gente no podía. Al llegar la democracia, el pueblo comenzó a defenderse solo. Eso no quita que yo tome algunos temas sociales. Pero ahora las canciones de protesta las canta el pueblo”, aseguró. Con más de 1.000 temas y 57 discos en su haber, y a cinco años de su partida, sus letras se mantienen muy presentes en el inconsciente colectivo nacional y siguen llevando a la reflexión permanente a cientos de personas. “Antes que nada, uno debe saber para qué vive”, expresó tiempo atrás.

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