medio ambiente

Investigadores argentinos advierten sobre los peligros de la reforestación descontrolada

Especialistas del Conicet afirman que la expansión de especies forestales en zonas sin árboles tendría un efecto negativo.

En los últimos años, la reforestación ha sido considerada una de las principales herramientas para combatir el cambio climático. A partir de la capacidad que tienen las plantas de capturar el dióxido de carbono que se libera a la atmósfera, las autoridades de diferentes regiones del mundo optaron por extender las plantaciones de especies arbóreas forestales como pinos, acacias y eucaliptos a ecosistemas sin árboles.

Si bien esta estrategia se ofrece como una opción simple y de rápida acción, sembrar especies invasoras en regiones sin presencia arbórea puede ser peligroso para el bioma que integra ese sistema ecológico.

De acuerdo a un trabajo realizado por investigadores del Conicet, la expansión de árboles exóticos no siempre redunda en una mayor captura de carbono. Además, el estudio publicado en la revista Frontiers in Ecology and the Environment de la Ecological Society of America sostiene que este tipo de reforestación afecta las oportunidades económicas y la disponibilidad de agua.

En este sentido, Martín Núñez, especialista del organismo argentino en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente, explicó: “En los pastizales y estepas los incendios no son tan comunes, porque hay espacios sin combustible que hacen que el fuego no prospere. En cambio, en las superficies cubiertas por árboles forestales, estos eventos son mucho más frecuentes e intensos, debido a la acumulación de biomasa aérea. Obviamente, el carbono capturado en un área incendiada se reduce muchísimo. Por otro lado, este tipo de árboles están asociados a unos hongos, llamados ectomicorrizas, que disuelven el carbón presente en el suelo, que termina regresando a la atmósfera en un proceso que permite a la planta absorber nutrientes”.

Si bien Núñez considera que el cambio climático es uno de los grandes problemas que afronta la humanidad, el investigador no encuentra una solución en la invasión descontrolada de árboles en zonas áridas.

Asimismo, el primer autor del trabajo, destaca que la expansión asilvestada de plantaciones en pastizales como los de la Patagonia argentina, genera un oscurecimiento del ecosistema y evita que estos absorban calor y reflejen la luz solar.

“Es algo similar a lo que ocurre con el deshielo ártico o de la Antártida, que provoca una mayor abundancia de colores oscuros y, de esta manera, que se genere más calor”, destaca Núñez.

Otro de los temas que llamó la atención de los científicos argentinos fue la demanda de agua. Según explica el trabajo, las especies invasoras consumen una mayor cantidad de recursos hídricos, algo que puede provocar la desertificación de la región, secando las cuencas de las que depende el desarrollo de diversos tipos de plantas.

En este sentido, Núñez señaló que “la tarea de capturar carbono en un lugar sin que se pierda en otro no es tan sencilla”. “Plantar árboles -agrega el especialista- para combatir el cambio climático y el calentamiento global es una idea intuitivamente simpática, pero afecta negativamente la biodiversidad de los ecosistemas y, por lo que vimos en este estudio, no hay garantías de que permita absorber más carbono del que se libera”, concluyó.

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