Mary Kay, un impulso al empoderamiento

No solo buscaba ofrecer productos de belleza, sino también impulsar a las mujeres a transformar sus vidas y a ser sus propias jefas.

Mary Kay abrió sus puertas en 1963, bajo el mando de una pionera Mary Kay Ash, quien no solo buscaba ofrecer productos de belleza, sino también impulsar a las mujeres a transformar sus vidas y a ser sus propias jefas. El espíritu de la empresa es el mismo hoy en día: el “empoderamiento”, palabra de moda en la actualidad. Pero para esta compañía eso no se trata de algo pasajero, sino de un concepto que está desde sus orígenes.

El eslogan es “enriquecer la vida de las mujeres”, aunque hoy también hay hombres. Toda la fuerza de ventas tiene una misión cada vez que ofrece la oportunidad a otras personas. A muchos les sirve para tener un ingreso, existiendo miles de historias o testimonios de gente que por Mary Kay pudo hacerse la casa, mandar sus hijos a la facultad o sobrellevar una enfermedad. Pero no se trata solamente de eso, sino también de esto de pertenecer. Es como una familia, todas nos apoyamos entre todas. Y existe el reconocimiento, ya que Mary Kay reconoce todo, tiene recompensas buenísimas, y eso nos diferencia de las demás compañías de ventas directas en el país.

Muchas marcas tratan de buscar el valor agregado -más allá del producto- que ofrece Mary Kay. Lo tiene desde que nació. El empoderamiento y la idea de cambiar la vida de las mujeres están desde siempre. No es porque está de moda, sino que es leitmotiv. Y está buenisimo que la gente sepa que tiene esta oportunidad.

Adriana Manes

"Mi nombre es Adriana Manes. Soy directora de ventas de Mary Kay. Mi unidad se llama Suaves Brisas. Yo pertenezco a esta familia de mi querida empresa, donde lo que más me gusta son sus principios: Dios, familia y trabajo, que significa lo más importante de mi vida: mis nietos, sus miradas, Guadalupe, Nicanor, Nehuén, Agustín, Franco y Olivia.

Fue un cambio de vida. Yo sufrí la violencia de género, veía todo muy lejano, pensaba que no merecía otra vida. Gracias a que fui a una clase de belleza me vi al espejo. De ahí empezó mi empoderamiento, me animé al cambio y de esa forma pude ayudar a otras mujeres. Agradezco hoy poder decir gracias a eso. Hoy puedo vivir otra vida, hacer sentir importantes a los demás, tratar como me gusta que me traten, dar sin esperar nada a cambio".

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