Organizaciones buscan proteger a la ballena franca austral en nuestro país
Diversos organismos colaboran de forma conjunta para conocer y salvaguardar la ballena franca austral en el marco del último relevamiento aéreo anual realizado.
Distintos organismos trabajan de forma conjunta desde hace años para conocer y salvaguardar a la ballena franca austral en nuestro país. En este sentido, los estudios científicos sobre esta especie comenzaron en Argentina en la década del 70, cuando se inició el Programa de Investigación Ballena Franca Austral en la Península Valdés.
Desde 1996 se realiza de manera colaborativa entre el Instituto Ocean Alliance y el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), siendo el programa científico más largo del mundo basado en la fotoidentificación de ballenas.
En su último relevamiento aéreo anual, realizado entre el 31 de agosto y 2 de septiembre del año pasado, se registraron 1.420 ballenas, incluyendo 554 crías en las aguas del Golfo Nuevo y Golfo San José, siendo el máximo número de ballenas registradas desde el comienzo de los estudios.
Además, el ICB forma parte de Siguiendo Ballenas, que comenzó en 2014 y que, en su última edición, equipó con transmisores satelitales a 22 ballenas, entre ellas Rodocrosita. Desde su inicio se han marcado 82 ejemplares, y se ha constatado que la población de estos animales en Península de Valdés viene creciendo entre un 5 a 7% al año.
“Este proyecto de larga escala para monitorear ballenas francas usando telemetría satelital en el hemisferio sur, nos permitió identificar las rutas y destinos migratorios de la ballena en el Atlántico Sudoccidental", detalló Alex Zerbini, coordinador del proyecto. También remarcó que el desarrollo de la tecnología permite que se hagan estudios semejantes con otras especies de ballenas en otras partes del mundo.
Siguiendo Ballenas es un trabajo colaborativo entre el ICB, el Laboratorio de Mamíferos Marinos del Cesimar-Conicet, el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni” (Cimas-Conicet), la Escuela de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional del Comahue, la Fundación Patagonia Natural, el Instituto Aqualie, Marine Ecology and Telemetry Research y National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos. También lo integran el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, el Wildlife Health Center de la Universidad California Davis y la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre Argentina (WCS por sus siglas en inglés).
El caso Rodocrosita
Rodocrosita es una ballena franca austral monitoreada satelitalmente que sigue regresando a Península Valdés desde hace 50 años y los especialistas del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) de Chubut lo consideran un “hito significativo” porque aporta información valiosa no solo de la vida del ejemplar sino para las tareas de protección de la especie.
Rodocrosita, bautizada así por la piedra preciosa, es una de las 22 ballenas franca austral equipadas con transmisores satelitales de última generación en septiembre pasado. A su vez, el ICB confirmó estas últimas semanas que esta hembra forma parte del primer catálogo de la población de ballenas de Península Valdés, registrada en 1971 con el número 58 en el álbum de fotoidentificación, por aquellos tiempos en blanco y negro.