Vecinos de la región tienen como “ahijados” a chicos carenciados
Padrinos mágicos
Vecinos de Ensenada y La Plata tienen como “ahijados” a chicos carenciados de Santiago del Estero. Forman cadenas que exceden la beneficencia y crean vínculos inquebrantables
En Santiago del Estero, monte adentro, viven cientos de niños con grandes carencias. Lorena Gómez, una mujer que conoció esta realidad hace más de 15 años, decidió hacer algo ante esta situación que definió como “desesperante”.
Por eso, después de trabajar en silencio junto a su familia, creó Presente escuelas rurales: una asociación civil en la que cada integrante apadrina a un chico escolarizado de aquella provincia del norte argentino. Entre platenses y ensenadenses son más de 200 padrinos y cada uno de ellos tiene una batería de colaboradores que intentan satisfacer las necesidades básicas de gente que vive sin luz y sin agua.
“Es una gran cadena de gente buena”, dijo Lorena, creadora de este sistema que, desde marzo hasta diciembre de cada año, manda un camión por mes repleto de comida, ropa, colchones, camas, útiles o lo que se necesite. En total asisten a veinte escuelas santiagueñas y a tres comunidades guaraníes de Misiones, sin ningún tipo de subsidio ni nada que se le parezca: “Todo se hace con la colaboración de un montón de gente que usa como intermediarios a los padrinos”, dijo Lorena.
El vínculo que se genera entre padrinos y ahijados resulta aún más importante que las donaciones. Se trata de un lazo de amor que excede la beneficencia y hace que, por ejemplo, los chicos bajen desde el monte para llamar por teléfono a La Plata para ver cómo andan su padrinos del corazón.
“Una vez por año tratamos de vernos. No te voy a decir que a mis cinco ahijados que tengo acá los quiero menos, pero esto es especial” dijo a Hoy, Raúl Guerzoni, un hombre de 67 años padrino de Maxi, un nene de 8 que vive en El Dorado, Santiago del Estero. “Ahora en diciembre me viene a visitar a La Plata”, dijo ansioso Raúl y confesó que su ahijado se desvive por las golosinas y por los celulares. “Con mi señora estamos viendo comprarle algún dispositivo electrónico. Algunos me dicen que eso es sacarlo de su realidad, yo creo que es incluirlo y actualizarlo” dijo el hombre con ternura.
Además de atender a casi 1.000 chicos, Presente escuelas rurales consiguió que quince jóvenes del monte santiagueño pudieran realizar estudios terciarios en la capital provinciana. Se les aseguró comida y una beca económica. “Organizamos dos peñas por año y los fondos recaudados van directamente a los chicos, para que puedan abocarse al estudio” contó Lorena Gómez.
Con la colaboración de una doctora que se ofreció a ayudar, se les aplicó un implante anticonceptivo a veinticinco mamás de la zona: “La vida nunca les había dado esa oportunidad, ni tampoco a sus madres ni abuelas. Son mujeres que por primera vez en la vida pueden decidir” dijeron desde la asociación.
Los interesados en colaborar con estas acciones pueden acercar sus cosas a Ortíz de Rosas 1925 (Ensenada), o llamar al 460-2197