Recomendaciones para recuperar nuestras fotografías mojadas

Una de las grandes pérdidas que lamentan las personas que sufrieron las inundaciones es la de las imágenes que retrataron su vida. Sin embargo, podemos intentar salvarlas

Antes de las cámaras digitales estaban las analógicas, que produjeron todas esas fotografías impresas en papel brillante que atesoramos en algún cajón. Forman parte de nuestra historia y la de nuestros antepasados, por lo que perderlas a causa de inundaciones es un dolor muy grande. Muchos recuerdos se fueron con el agua.

Por eso podemos seguir algunas recomendaciones que elaboró la empresa Fujifilms después del terremoto de Japón en 2011. Para lograrlo, vamos a necesitar paciencia, pero vale la pena.

En principio, es importante utilizar guantes descartables para el proceso. Si la foto ya está seca, lo primero que hay que hacer es quitarle el barro con un cepillo muy suave. Si continúa mojada, se debe pasar directamente al siguiente paso, que consiste en sumergir la foto en agua a temperatura ambiente. Recordemos que además de mojadas, seguro están embarradas.

Bajo el agua, con la yema de los dedos, retiramos delicadamente la suciedad, desde los bordes hacia el centro, sin olvidar el dorso. Si algunas partes se ponen rojas, amarillas o blancas, es porque la instantánea esta muy dañada: no la toquemos demasiado.

Después, las volvemos a sumergir en agua limpia, y dejamos secar en un lugar oscuro, sobre papeles que absorban la humedad o colgadas (se pueden usar broches). No se recomienda usar secadores de pelo. 

Si el caso es que varias fotos se pegaron entre si o con el álbum que las contenía, también tenemos que sumergirlas en agua limpia y a temperatura ambiente, e ir despegando muy pero muy lentamente, sin forzar en absoluto el proceso. Esto puede llevarnos mucho tiempo, y debemos dejar fluir el agua que a cada milímetro va ingresando entre las separaciones.

Con respecto a los negativos, se procede de igual manera que las fotos, sólo que en vez de remover la suciedad con los dedos, debemos sacudirlo suavemente bajo el agua hasta que se vaya  limpiando naturalmente, sosteniéndolos desde la parte troquelada. Lo importante es que no se rayen. Luego los dejamos  secar verticalmente y en algún lugar oscuro, sin polvo. Si esto resulta, podemos volver a pedir copias nuevas y relucientes de las que se nos habían ido con la inundación.

Y para quienes prefieran una explicación más gráfica de como se hace esta limpieza y secado, pueden  buscar en Youtube el tutorial “Cleaning Photo Prints Damaged by Muddy Water”.

Consejos para no dañar aún más los autos

El Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) recomendó algunos “tips” para no dañar los elementos del vehículo, conservarlos e identificar los averiados.

A pesar de la ansiedad, no hay que poner el auto en marcha, ni colocar la llave en posición de contacto hasta no estar seguros porque existe el riesgo de hacer más daño.

En principio, desconectar la batería y el filtro de aire. Si el auto tiene intercooler también hay que quitarlo. Si el motor es naftero, desmontar las bujías; y si es diesel, haga lo mismo con los precalentadores. Luego se debe verificar el nivel de aceite del carter. Si es mayor al máximo habrá que reemplazarlo; y si es menor, se puede dejar para continuar con las pruebas (luego se reemplazará junto con el filtro).

Es necesario también limpiar los conectores de toda la instalación eléctrica que se sumergió tanto en el motor como en el habitáculo. En caso de no conocer el nivel que alcanzó el agua, se puede guiar por marcas en los tapizados de puertas y butacas. También controlar que las unidades de mando del motor (ECU), airbag, habitáculo, ABS, inmovilizador, se encuentren libres de humedad. Hacer lo mismo con las bobinas de encendido, alternador, sensores, y porta fusibles.

Además, es vital verificar que el combustible no contenga agua. Para hacerlo, se quita el tubo de suministro y se extrae al menos dos litros: si encontramos agua, se deberá vaciar el tanque, limpiarlo y reemplazar el filtro para rearmarlo, con un poco de ayuda.

Una vez hecho todo esto, conectar la batería y accionar el arranque en forma directa, utilizando un cable remoto desde la batería al automático del motor de arranque durante 15 segundos (no utilice la llave de arranque original). Protéjase los ojos teniendo en cuenta que es probable que por los agujeros de las bujías se expulse violentamente el agua que se acumuló en los cilindros.

Por último, se rearman los componentes de motor y de marcha con la llave de arranque. Si el vehículo no arranca, no hay que insistir; llevar el auto a un servicio especializado para un diagnóstico electrónico. Una vez que se hayan secado todos los elementos desmontados, habrá que lavarlos y rociarlos con un producto que sea capaz de eliminar la formación de moho y materia orgánica. Sólo así se interrumpirá el proceso de reproducción de bacterias y microbios.

La desinfección de la casa, una cuestión clave

Para las familias que vuelvan a sus casas inundadas después del trágico temporal, la cartera de salud bonaerense emitió algunas recomendaciones.

Por ejemplo, lo primero que debe hacerse es airear el ambiente (abriendo puertas y ventanas) media hora antes de ingresar, teniendo en cuenta la posible propagación de moho.

Luego limpiar todo con agua y detergente, utilizando botas y guantes de gomas, manteniendo a niños y ancianos fuera del área afectada. Luego, desechar –aunque duela-  todo aquello que no se pueda limpiar y haya sido afectado por la inundación, como colchones, peluches, juguetes de bebés, ropa, etcétera.

Finalmente, cuando la casa se encuentre limpia, realizar la descontaminación, que consiste en repasar absolutamente toda la casa con agua y lavandina (una taza de lavandina por un balde de agua) y dejar secar en forma natural, con puertas y ventanas abiertas.

Posteriormente, continuar con la limpieza del jardín, fondo o sectores aledaños, juntar  la basura y, si es posible, cortar el pasto. Esto sirve para evitar que se acerquen roedores, responsables de la transmisión de la leptospirosis.