Poeta y ensayista cubano, fue uno de los mayores intelectuales de Latinoamérica. Un documental realizado por platenses recrea los instantes decisivos de su vida.
El 2 de mayo de 2012, el poeta y ensayista cubano Roberto Fernández Retamar vino a La Plata. Su amigo Fidel Castro lo llamó “Quijote”, no solo por el extremado parecido físico con el personaje de Cervantes, sino porque, como su colega de La Mancha, supo enfrentar los molinos de viento que nos separan de un mundo más justo.
Esa tarde, en el auditorio del Centro Cultural Islas Malvinas, el escritor cubano dijo: “La Plata para mí representa muchas cosas entrañables. Fue la ciudad en la que nació Arnaldo Orfila Reynal, dio clases Ezequiel Martínez Estrada y vivió Rodolfo Walsh; los tres, muy entrañables amigos míos”. También resaltó la profunda huella dejada por Pedro Henríquez Ureña, quien ejerciera la docencia en el Colegio Nacional de la ciudad: “Un crítico colombiano llegó a decir que Pedro Henriquez Ureña sembró en La Plata la semilla de la utopía, que un joven llamado Ernesto Guevara la trasladó a Cuba. Esa utopía de América que Henríquez Ureña soñó aquí en La Plata sigue siendo soñada en todo nuestro continente, en particular en mi país, que estará, por lo tanto, siempre en deuda con La Plata”.
Cuando tenía menos de 30 años era profesor en las universidades de Yale y Columbia, Nueva York, pero dejó esa brillante carrera académica para volverse a La Habana y acompañar desde el primer momento a la Revolución cubana. Durante más de cincuenta años presidió Casa de las Américas, una institución que estableció sólidas relaciones con numerosos escritores de Latinoamérica y el resto del mundo. Dijo Mario Benedetti: “Fernández Retamar es una de las personalidades más dinámicas e irradiantes de la Cuba revolucionaria, y bajo su dirección la revista Casa de las Américas se convirtió en la mejor publicación periódica que producen las letras de habla hispana”.
Hoy, a las 22, se emitirá por el canal Encuentro El Quijote del Caribe, el documental dirigido por Raquel Ruiz –quien vive en nuestra ciudad– y con guion de Sergio Marelli. El largometraje fue filmado en La Habana, y cuenta con el testimonio de artistas y pensadores como Pablo Milanés, Osvaldo Bayer y Atilio Borón.
En 1971, Roberto Fernández Retamar publicó Calibán, libro fundamental en la ensayística latinoamericana. Sus poemas fueron inspiración para muchos creadores, entre ellos Silvio Rodríguez, quien confesó que dos de sus canciones más célebres –Te doy una canción y Pequeña serenata diurna– están basadas en poemas de Retamar.
La película, dirigida de manera sensible y atenta a todos los matices del relato, recrea algunos instantes decisivos en la vida del escritor, como su encuentro con Pablo Neruda y el Che, su relación con Fidel Castro, su papel de intelectual crítico capaz de manifestar desacuerdos sin perder jamás su compromiso con el proceso revolucionario, y hace especial hincapié en su relación con escritores argentinos, como Borges, Cortázar, Walsh y Conti, entre otros.
Todo lo cual permite completar el retrato de alguien que llevó la palabra “poeta” a la plenitud de su sentido, y nos recordó, hace casi diez años, que La Plata es una ciudad de utopías.