CIENCIA

Según la Organización Mundial de la Salud, los argentinos dormimos menos

Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas, aseguró que en el país “se duerme menos que el promedio internacional” establecido por la Organización Mundial de la Salud.

Los argentinos dormimos una hora menos que hace 50 años y dos horas menos que hace 100 años. Y desde antes de la pandemia, menos que la media internacional, señalaron especialistas, a la vez que advirtieron por “la insuficiencia crónica del sueño” derivada del “jet lag social”, por el que nos salimos de hora para dormir, nos acostamos en horarios inapropiados y restamos horas al descanso de la noche para estirar el día.

Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas, dijo que “la recomendación internacional es que los adultos debieran dormir siete horas por noche”, e indicó que antes de la cuarentena en promedio se dormían alrededor de seis horas y cuarenta minutos, con lo que “uno puede decir que es muy poco menos, pero si te vas por fuera del rango, está mal y la calidad del sueño tampoco es satisfactoria”. “El enemigo número uno del descanso no es una enfermedad neurológica, sino que es el estrés”, aclaró el doctor.

El Día Mundial del Sueño, que se conmemoró el pasado 18 de marzo, tuvo como objetivo llamar la atención sobre los problemas relacionados al descanso. “Este año se hizo hincapié en las alteraciones neurocognitivas del sueño, cuando la gente tiene un sueño de mala calidad con repercusiones durante el día que afectan su capacidad de desempeño”, indicó Eduardo Borsini, médico neumonólogo de la Unidad de Sueño del Hospital Británico. A su vez, el especialista señaló que actualmente dormimos una hora menos que hace 50 años y dos horas menos que hace 100 años, y añadió que “también estamos más estresados, por lo tanto no solo dormimos menos, sino que dormimos peor”.

“También estas horas de sueño son un promedio, hay gente que efectivamente con menos sueño está bien y gente que necesita más, eso es absolutamente normal”, remarcó, y aseguró que hay gente más matutina, que despertándose temprano están “fenómenos”, y gente más vespertina, “que les cuesta mucho levantarse por la mañana y rinden mejor hacia la tarde”.

Por su parte, un estudio realizado por el Hospital Británico en 5.000 personas roncadoras evidenció que el 30% tiene riesgo de padecer somnolencia excesiva durante el día, y también vincularon los problemas de apnea del sueño con un mayor riesgo cardiovascular. Según Golombek, los trastornos del sueño tienen efectos directos en la caída del rendimiento, provocando menor productividad, más accidentes y más consultas de salud.

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