Semana Mundial de la Lactancia Materna
Este año, del 1 al 7 de agosto se propone reflexionar sobre la importancia de la leche materna en la salud de los más pequeños, ya que es natural, renovable y ambientalmente segura.
En más de 170 países, del 1 al 7 de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa destinada a fomentar la leche humana y mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. Este año, bajo el lema “apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable”, la campaña pondrá foco en el impacto que produce la alimentación infantil en el medio ambiente e indirectamente en el cambio climático.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) acompaña la iniciativa subrayando que “la lactancia materna ayuda a mantener la seguridad ambiental, ya que no genera residuos y su producción no implica gasto de recursos naturales”.
La consideran una decisión climáticamente inteligente e instan a comprometer a los individuos y organizaciones para tener un mayor impacto e impulsar acciones para mejorar la salud del planeta y de las personas.
“Esta semana, más que nunca, se promueve la lactancia materna, ya que es lo que mejor les podemos dar a nuestros hijos, para que, en el futuro, la sociedad esté formada por gente sana, que tenga menos riesgo de enfermedades crónicas, en un planeta sustentable”, dijo a diario Hoy la jefa del Banco de Leche Materna del Hospital San Martín de La Plata, Ana Tabuenca.
En esta Semana Mundial se conmemora la Declaración de Innocenti, formulada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, en agosto de 1990, con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia materna.
Teniendo en cuenta que la leche humana es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes necesarios, la Sociedad Argentina de Pediatría, en línea con la OMS, la recomienda como modo exclusivo de alimentación durante los seis primeros meses de vida y de forma complementaria con alimentos saludables por lo menos hasta los dos años.
En este sentido, la referente del nosocomio platense detalló: “Hay un montón de enfermedades que disminuyen su gravedad o se previenen cuando un bebé toma la teta. Decrece el riesgo de infecciones como otitis, neumonía, diarreas. También se reduce la posibilidad de tener celiaquía, asma, alergias, colesterol alto, problemas cardiológicos, cáncer, leucemia y linfomas y diabetes tipo 2, entre otras patologías”.
Según cifras de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna (ENaLac) de 2017, en Argentina, la lactancia materna exclusiva se mantiene a los 2 meses en solo 6 de cada 10 niños (58%), a los 4 meses en 1 de cada 2 (51%) y a los 6 meses en apenas 4 de cada 10 (42%).
Aún en pandemia, la leche materna sigue siendo el mejor alimento para los más pequeños. “Si la madre sospecha o tiene confirmada la infección por coronavirus, puede y debe seguir amamantando a su bebé, siempre y cuando esté en condiciones de hacerlo. Lo mejor es no romper el vínculo, ni el beneficio que seguirá para toda la vida. La leche humana no tiene SARS-CoV-2 y, hasta ahora, se sabe que no infecta.”, añadió Tabuenca.