Travesura adolescente: construyen un reactor nuclear

Lo que hay en el sótano de la vivienda de un ingeniero de Microsoft Carl Greninger, en el estado de Washington (EE.UU.), podría parecer un poco extraño: un reactor de fusión nuclear casero y un lugar de reunión de un club de ciencia para adolescentes que se junta cada viernes para llevar a cabo investigaciones.

Hace seis años Greninger empezó a preocuparse por el nivel de la ciencia en los institutos y se propuso buscar una solución para fomentarla en los estudiantes. Así, decidió construir un reactor atómico para que los adolescentes experimentaran la fusión nuclear.

Más allá de que la idea da, en sus palabras, “un poco de miedo”,  creyó que justamente interesaría a los jóvenes. “Tenía que ser una experiencia extrema”, recuerda. La fusión nuclear es el proceso por el cual varios núcleos atómicos se unen y forman un núcleo más pesado. Simultáneamente se libera o absorbe una cantidad enorme de energía, que permite a la materia entrar en un estado plasmático.

El reactor es de fusión nuclear y no de fisión. Es decir, no funciona con uranio, sino con el deuterio, un isótopo estable del hidrógeno con buenos estándares de seguridad. 

Tras ponerlo en marcha todos se quedaron atónitos: pudieron ver una bola de plasma a una temperatura mayor que la de la superficie solar.