Un superhéroe de carne y hueso
En La Plata vive un superhéroe que no vuela ni desaparece, pero tiene un poder que se replica: a través de la solidaridad, consigue importantes donaciones para el Hospital de Niños. A esta actividad se dedica, desde hace tres años, el “Batman solidario”: un hombre que no solo no revela su identidad, sino que además, en silencio, obtiene insumos y tecnología para obsequiar a esta institución siempre necesitada: ayer entregó ocho LCD de 32 pulgadas para las salas 5 y 6 del Sor María Ludovica.
“Desde hace tres años, en los meses de mayo y noviembre, organizo los batiencuentros solidarios. Son peñas, con shows en vivo y comida. Con lo que recaudo, compro lo que el hospital necesite. En el último encuentro junté 31.220 pesos y utilicé ese dinero para comprar todas estas cosas que ahora estoy entregando”, explicó ayer el enmascarado a este diario.
Este hombre de 45 años, que no se llama Bruno Díaz ni es empresario, cuando se saca el traje es maestro de escuela. “Voy a clases con mi auto, que lo tengo tuneado tipo batimóvil. Para no romperles la magia a mis alumnos, les dije que el auto era prestado”, explicó, quien también disfrazó a su hermano con el traje para parar frente a él a este personaje y que le crean.
Antes de conseguir el traje profesional con el que se pasea ahora, obsequiado por un especialista en la confección que no quiso cobrarle, el modesto “Batman solidario” hacía sus recorridas con un traje de buzo y una careta. “Batman siempre fue mi ídolo, y quise inmortalizarlo a través de estos gestos que vengo haciendo desde toda la vida. Antes de usar el disfraz, juntaba útiles, juguetes y ropa” concluyó.