Cultura

Una escritora de La Plata invitada a un festival en Colombia

Malena Martinic Magan nació en Chile, pero es platense por elección, escribió varios libros y en octubre participará en un encuentro internacional de poetas.

A los 17 años, Malena Martinic Magan llegó a nuestra ciudad para estudiar teatro. Nació en Chile, pero cuando la dictadura de Pinochet hizo de ese país un lugar de encierro y persecuciones, decidió cruzar la cordillera. La trajo a nuestra ciudad el amor de un chico, y la hizo quedarse el amor a una ciudad. Es autora de tres libros, uno de ellos, ­Amoralarabia, será pronto editado en Colombia, país al que fue invitada a participar en octubre en un festival internacional de literatura.

—¿De qué se trata el encuentro literario al que fuiste invitada?

—Se trata del XII Festival Internacional de Escritores Ojo en la Tinta, que se realizará entre el 14 y 22 de octubre de este año. Es la segunda vez que participo de dicho festival, increíble en temáticas y voces, esta vez con la concurrencia de más de 20 escritores de todo el mundo.

—¿Cómo surgió la posibilidad de publicar en Colombia tu libro Amoralarabia?

—En otros viajes he participado de encuentros, festivales y giras literarias, leyendo microrrelatos de Amoralarabia, con una sorprendente repercusión de los textos entre les jóvenes. La idea surgió en uno de esos encuentros y la materializamos pospandemia con este reconocido y maravilloso grupo editorial La Raíz Invertida.

—La literatura te ha llevado varias veces por el mundo...

—He viajado muchísimo por el hecho de escribir. He andado más por bares que por academias, por Latinoamérica y España, donde me siento libre y con mi voz expuesta.

—¿Cómo sería tu autorretrato en pocas líneas?

—Escritora. A pesar de mí. Cuestión que no he decidido, sino que se me impone día a día. Podría dejar de escribir, no tengo dudas de eso. Por ahora es mi cotidiano inevitable. Psicopedagoga y profesora, por decisión y convicción. Militante de los aprendizajes saludables. Directora. Por concurso y entusiasmo por la gestión. Absolutamente creyente en el movimiento, en los cambios, en nuestros jóvenes. Amiga de mis ángeles clandestinos. Por suerte en esta vida. Madre de Valentino, porque era necesario un lugar sin impostores.

—¿Cuáles son los temas más persistentes en tu literatura?

—Quizás me acerco a la prosa poética. En primera persona, atravesada por la coyuntura, por los problemas inherentes a la condición humana, feminista desde mis comienzos, con rabia y defensa de nuestros derechos. Escribo buscando una trascendencia en el aquí y ahora... y no es oxímoron.

—¿En qué ha quedado esa novela escrita a partir de las voces de cinco mujeres?

—En proceso de edición, suponemos para diciembre. Trabajamos con la editorial Come Chocolate, Niña. Con un equipo de trabajo constituido por María Negro, Gerardo Montero, Emilene, Teresita Núñez.

—¿Hay una manera propia de escribir de las mujeres?

—No creo. Somos mujeres que escribimos, seguramente atravesadas por mandatos y un patriarcado dominante, pero con las singularidades de construcción que nos vuelven ­particulares.

—¿Serías capaz de reconocer a ciegas si un texto fue escrito por un hombre o una mujer?

—No, a no ser que autor o autora dé cuenta de ello y de manera obvia.

—¿Cuáles son los lugares más inspiradores que tiene la ciudad de La Plata?

—Los bares, la noche y las luces de las calles, el empedrado, el olor de los árboles, las bandas de rock, los grupos de teatrerxs, las facultades, sus rituales de domingo, sus diagonales que se pierden a lo lejos como a un punto de fuga, sus mujeres, sus jóvenes, sus artistas callejerxs.

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