Vender oro con confianza

En épocas donde se necesita conseguir dinero, algunas personas acuden a la venta de joyas. Sin embargo, a la hora de efectuar estas operaciones, es necesario tener en cuenta ciertas recomendaciones.

Desde hace años, las transacciones de oro se posicionan como una opción perfecta para resguardarse de la devaluación. Además, ante la falta de dinero, una de las mejores maneras de conseguirlo es desprendiéndose de las piezas que están guardadas dentro de un cajón.

Sin embargo, la venta de oro no debe ser un acto impulsivo. Independientemente de que lo que se quiera entregar sean joyas, lingotes o monedas de oro, diario Hoy comparte algunas recomendaciones para que la operación se efectúe de manera segura.

El estado general de la pieza

Es oportuno aclarar que las joyas no necesariamente deberán estar en buen estado, ya que muy probablemente terminarán en una fundición. Sin embargo, aquellas reliquias o piezas de autores emblemáticos que estén cuidadas obtendrán siempre una mejor tasación.

El grado de pureza y su valor

Generalmente, todas las piezas de oro llevan impreso un sello numérico que indica el porcentaje de pureza del oro. En Argentina, lo habitual es que las joyas sean de 18 quilates.
Conociendo ese dato, se podrán separar las alhajas y pesarlas en una balanza de cocina. Luego, es aconsejable comparar los valores de compra en diferentes sitios de internet, a fin de tener un mayor conocimiento del precio y poder negociar al momento de la transacción.

Las piedras o los elementos que no sean oro se restan del peso. Además, también hay que tener en cuenta que al precio que se encuentra en la web habrá que sumarle un 15 o 20%, equivalente a la ganancia del comprador.

Vender a un comerciante

Hay joyerías especializadas en compra de oro, así que lo ideal será conocerlas y tener referencias. Si hay dudas, también será válido visitar más de una.

Cuidado con las quemaduras

Antes de que el joyero realice la prueba para corroborar cuál es el material, el vendedor deberá consultar cómo lo hará, ya que algunos rayan la pieza de oro sobre una de basalto, para comprobar su pureza, y luego agregan un ácido que puede llegar a quemar la joya.

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