Bahía Blanca: la crisis en salud pública es clara en un hospital con “Penna”

En una nota que difunde La Nueva en su edición dominical, el epicentro es un símbolo de la salud que fue inaugurado en esa ciudad ya hace 30 años, el Hospital Penna.
Pero aquella obra maravillosa que quedó estrenada en 1984 de la mano del gobernador Armendáriz, hoy pasa por otras circunstancias, otro contexto país. Un escaso mantenimiento lo llevó a deteriorarse cada vez más, y lo que es peor aún es “el déficit de personal”, como expresó uno de los miembros de la Asociación de Profesionales, el doctor Arcogliano.

El Hospital, una mole de cemento, hierro y vidrio, carece de una planificación, además de que debieron cancelarse cirugías programadas y prácticas de alta complejidad en fertilización asistida. Se recortaron insumos, y se tornaron deficientes la calefacción y el aire acondicionado.

En dicho informa, se cita que comenzaron a controlarse las raciones alimenticias del personal y el recurso humano empezó a resultar insuficiente. Además, se redujeron al máximo los costos de las empresas tercerizadas, por caso de limpieza, mantenimiento y vigilancia.

Tanto el director César Comezaña -como el director asociado, Carlos Fuentes, insisten en que la tendencia actual en el mundo no es aumentar el número de camas, sino optimizar la atención primaria de la salud.