Correa en Periodismo: otro polémico premio de la UNLP

El presidente de Ecuador, cuyo gobierno es seriamente cuestionado por atentar contra la libertad de expresión, fue premiado en la Facultad de Periodismo. Minimizó el atentado de la AMIA.

Si un presidente cierra medios de comunicación, persigue judicialmente a los periodistas por sus opiniones y/o investigaciones, y de paso se dedica a relativizar la gravedad del atentado contra la AMIA, cumple todos los requisitos para ser premiado por la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata.

Por eso, ayer, luego de los galardones recibidos el año pasado por el venezolano Hugo Chávez y Hebe de Bonafini, le tocó el turno al presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuyo gobierno registra serios antecedentes en lo que se refiere a los ataques contra la libertad de expresión. Por ejemplo, impulsó una ley de comunicación, conocida entre la oposición como “ley mordaza”. Además, desde mayo de este año ordenó el cierre de al menos once emisoras de radio.

Correa también emprendió una persecución judicial contra el diario El Universo por supuestas injurias y daños morales, que derivó en una sentencia contra Emilio Palacio, director de opinión del matutino. Palacio tuvo que exiliarse en Miami, fue condenado a tres años de cárcel y al pago de una multa de 40 millones de dólares. Tras el escándalo internacional, el presidente ecuatoriano tuvo que desistir de su demanda, pero el daño ya estaba hecho. 

Ayer, horas antes de que comenzara el acto en Periodismo, Correa hizo declaraciones poco felices, al defender al régimen iraní y relativizar la importancia que tuvo el ataque contra la mutual judía en 1994. “Conozco ese caso (por la AMIA). Es muy doloroso para la historia argentina, pero vea cuántos murieron en el bombardeo de la OTAN a Libia. Comparemos las cosas también y veamos dónde están los verdaderos peligros; no debemos manipular”, dijo Correa durante una entrevista con el canal de noticias kirchnerista C5N. De todos modos, insistió en defender al gobierno persa de Mahmoud Ahmadinejad, con quien la Argentina negocia actualmente una salida ante la decisión de no poner a disposición de la Justicia a los acusados por el ataque a la AMIA, donde murieron 85 personas en Buenos Aires. “No considero a Irán como una amenaza para nosotros. ¿Cuántas sanciones ha tenido Israel y cuántas resoluciones de la ONU? Hay una doble moral terrible”, afirmó.

Para Correa, Irán es un país democrático y, en cambio, “hay países aliados de Estados Unidos que no tienen elecciones y tienen monarquías”. “¿Por qué no se dice nada? Ahí por lo menos hay una doble moral”.

Luego, tras recibir el premio en Periodismo, el jefe de Estado ecuatoriano expuso por más de una hora sobre los medios de comunicación, a los que calificó como un “poder sin legitimidad democrática” y denunció que “en América Latina la prensa miente amparándose en la libertad de expresión”. Afirmó que “si a mí me muerde un perro, al día siguiente entrevistan al perro”, y señaló que “desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa no es otra cosa que la voluntad del dueño de la imprenta”.

Llamó la atención la ausencia del rector de la UNLP, Fernando Tauber, que es aliado del kirchnerismo en la conducción de la casa de altos estudios, pero que ha decidido tomar distancia de la movidas orquestadas por la decana de Periodismo, Florencia Saintout, para congraciarse con los sectores más ultras del Gobierno nacional. Tauber también estuvo ausente cuando fueron premiados Hugo Chávez y Bonafini. En cambio, sí participaron el vicegobernador, Gabriel Mariotto; el ministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni; el líder de Quebracho, Fernando Esteche; la presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; legisladores y militantes de movimientos kirchneristas como La Cámpora y La Tupac Amaru de Milagro Sala.

La respuesta de la comunidad judía

“Correa se piensa que estamos en una competencia para ver quién tiene más muertos y se está olvidando de que es el peor atentado que sufrió la Argentina, un país democrático con todos los plenos derechos que fuera atacado por el terrorismo internacional”, lamentó Guillermo Borger, titular de la AMIA.   

Agregó que las palabras del mandatario ecuatoriano fueron “una absoluta ironía que está fuera de cualquier contexto”, porque “no tiene punto de comparación” el bombardeo de la OTAN a Libia con el ataque terrorista a la sede de la mutual israelita en Buenos Aires. 

“Queremos que nuestros 85 muertos descansen en paz tras 18 años de no haber encontrado justicia”, reclamó Borger.

Por su parte, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) invitó ayer al presidente de Ecuador a participar de un encuentro con sus autoridades. “Veríamos con agrado llevar a cabo la mencionada reunión en nuestra sede, donde fueron asesinadas 85 personas y más de 200 resultaron heridas en el atentado terrorista perpetrado el 18 de julio de 1994”, dice la carta que la DAIA envió al embajador de Ecuador en Buenos Aires, Eduardo Wellington Sandoval.