Cristina y otra muestra de la fantasía K

Solamente una personas alienada de la realidad puede pronunciar un discurso como el que ayer hizo la presidenta Cristina Fernández, quien no solamente está cada vez más enfrascada en un relato de fantasía, sino que hasta parece creerse sus propias mentiras.

Ayer, en un nuevo acto de provocación, horas antes de la masiva marcha de silencio para exigir justicia por la muerte del fiscal Nisman, la presidenta inauguró por tercera vez las obras en la central Atucha II y defendió con uñas y dientes los infames acuerdos firmados con China que no hace más que convertir a nuestro país en una suerte de neocolonia del gigante asiático. Es tal la entrega que se está haciendo que se le permitirá al gigante asiático construir una planta espacial –que tendría fines militares- en la provincia de Neuquén, corazón de uno de principales yacimientos hidrocarburíferos que existe en el mundo como  es Vaca Muerta.

“Hay un mundo cruzado por intereses geopolíticos", dijo la primera mandataria. Razón no le falta a esa afirmación que resulta totalmente contradictoria respecto a las acciones que está llevando adelante el gobierno. ¿El motivo? Cuando restan menos de 10 meses para que deje la Casa Rosada, el kirchnerismo está poniendo a la Argentina en una situación extremadamente complicada en el escenario de confrontación geopolítica que tiene, como principales, protagonistas a Estados Unidos, China, Rusia y la Unión Europea. Permitir que nuestro país se transforme en un enclave chino, en momentos en la Argentina se encuentra en indefensión, con fuerza armadas absolutamente desguazadas, significa hipotecar la soberanía nacional.