Las consecuencias del ajuste
Jubilados en jaque por la inflación y el PAMI
En los primeros cuatro meses del año, la canasta básica de la tercera edad tuvo un fuerte aumento. Se ubicó en $16.134, lo que representa 2,5 veces más que la jubilación mínima. En tanto, las prestaciones de la obra social sufren un fuerte deterioro por las políticas de ajuste
A los jubilados y pensionados cada vez se les hace más cuesta arriba llegar a fin de mes. Según un informe de la Defensoría de la Tercera Edad, en el período comprendido entre el 1º de diciembre de 2016 y el 1º de mayo de 2017 nuevamente se produjo un fuerte incremento en los precios de la Canasta Básica de este sector social, llegando a $16.134, cuando el haber mínimo es de apenas $6.377. Los rubros que más han aumentado son alimentos, gastos de vivienda y medicación.
A este panorama se le suma el fuerte impacto que están teniendo las políticas de ajuste instrumentadas por el gobierno macrista en el PAMI, la principal obra social de la tercera edad en la Argentina. Los expertos Christian D’Alessandro, abogado especialista en derecho previsional y director del Instituto de Derecho de las Personas Mayores y Políticas Gerontológicas del Colegio de Abogados de Morón; Constantino Touloupas y Guadalupe Soulages, de extensa trayectoria en el campo de los sistemas de gestión de medicamentos de la seguridad social, participaron de Especiales Hoy y aportaron importantes datos respecto a las dificultades que hoy atraviesa el PAMI.
“El mejor sistema sería uno donde se cumplan las leyes, donde el acceso a medicamentos sea para fármacos útiles, seguros y necesarios. Y no como tenemos acríticamente hace 20 años en el PAMI, que es que todo cuanto se registra en la Argentina tiene una cobertura que no necesariamente está respaldada por una necesidad”, explicó Touloupas, dando el ejemplo de que hay patologías crónicas que podría cubrir al 100% si asignara recursos a ellas.
“Vemos con muy buena expectativa que esta gestión haya denunciado el convenio con la industria, siempre que sea para hacer un modelo en el que se firme con los farmacéuticos y donde el PAMI defina qué política va a tener, sin que la defina la industria. Gastan fortunas en medicamentos, pero ¿para qué? Si no llega en tiempo y forma... porque depende de que la cajita se la mande la industria”, cuestionó Soulages.
“Juegan con la vida de la gente”
Por otro lado, D’Alessandro explicó en qué consiste el sistema per cápita que estableció el organismo, el cual “permite que un prestador, sea clínica o lo que sea, reciba un monto fijo que determina el PAMI y que se le va a asignar a cada jubilado. O sea que un jubilado es un número; en una clínica, 426 pesos, por ejemplo, por una internación y todo lo que conlleva: hotelería, estudios médicos, atención médica”. En tanto, afirmó que ese monto no alcanza para nada.
“Más allá del valor, la situación que se vive en el PAMI es acuciante por la evasión existente. También hay un alto grado de situaciones espurias entre el organismo y la industria, que vienen desde la década de 1990, motivando que la industria funcione como viene funcionando contra las pequeñas farmacias de barrio”, denunció el abogado.
Asimismo, el especialista advirtió que las clínicas están dando turnos con tres meses de espera. “Los están haciendo boyar, no hay médicos de cabecera. ¿Saben lo que va a pasar? Que lo que ya ocurre hoy se dé en mayor magnitud. Cuando un jubilado se tenga que operar la vista, le van a dar turno para dentro de un año, porque por $426 van a tener que recaudar para cubrir los costos de ese jubilado, que es lo que les da el PAMI”, consideró D’Alessandro.
El abogado señaló que este sistema implica “jugar con la vida de la gente” y “esta realidad la están viviendo seis millones de afiliados”. A continuación, remarcó: “Dicen que hay medicamentos que no se utilizan, pero si solo un jubilado lo utiliza, no hay que quitárselo. En todo caso, hay que reasignar, pero siempre dándole al jubilado lo que necesita”.
“Sergio Cassinotti se hizo cargo de esta obra social para ajustar, como ya ajustó en otras áreas en las que estuvo. Las políticas no exceden a la persona que las dirige, se sabe a quién se pone y qué es lo que va a hacer. Con esta administración, va a quedar un PAMI residual, chico, dándoles beneficios a las grandes corporaciones farmacéuticas, a la industria y a las grandes clínicas y centros de salud”, concluyó D’Alessandro.
Testimonios de las víctimas de la desidia
Nélida
“Al Gobierno le pediría que cuide la salud antes que nada. Que tengamos medicamentos y buena atención, sobre todo, porque a veces se piensan que como uno ya es mayor, no hay que ocuparse, pero uno todavía tiene vida y, mientras hay vida, tenemos que luchar todos”.
José María
“¿Cómo puede ser que, si una persona necesita atención, que medianamente puede demandar de quince a veinte días, en las clínicas que pertenecen y atienden por PAMI den turnos de tres o cuatro meses? Yo le preguntaría al Presidente de la Nación si él se anima a vivir con la jubilación mínima, porque no soy el único, es mucha la gente que está pasando por este tipo de problemas”.
Ramón
“La atención de PAMI es cada vez menor, cada vez hay menos posibilidades de conseguir medicamentos, de obtener turnos, de todo. Del médico no podemos decir nada porque depende de PAMI, pero los remedios los redujeron cada vez más. En vez de estar mejor, estamos peor. Cobro la mínima de sueldo, ¿dónde está el 82% móvil que dijo Macri?
Es mucha burocracia para todo, ¿por qué no facilitan los trámites por computadoras?”.
José
“Como la jubilación me ha aumentado un poquito, he perdido el beneficio de la cobertura del 100% de los medicamentos. Ahora tengo que hacer un trámite para volver a tener este beneficio que me han sacado, para no volver a tener que pagar los remedios, porque con esto se te va toda la jubilación”.
Elsa
“La atención que da el PAMI algunas veces está bien, pero en la mayoría de las ocasiones no, no entienden mucho de lo que se trata. Yo tengo cáncer, ahora estoy en una etapa de remisión y necesito una droga que hace tres meses que estoy buscando. Me dieron tantas vueltas que no tengo ganas de terminar el tratamiento. Me siento terriblemente mal. A veces, a los abuelos y a los jubilados se los trata mal, despectivamente. Todo esto pasa en el PAMI, es muy injusto. ¿Cómo puede ser que no te consigan tu medicación si te descuentan todos los meses?”.
Teresa
“Estamos mal. Los turnos que nos dan son de noche y los jubilados no podemos estar viajando a esas horas, no podemos darnos el lujo de pagar remises con los sueldos bajos que tenemos. Encima los estudios muchas veces no nos los dan. Generalmente dependemos de la voluntad de aquellos médicos que luchan por sus pacientes. Ojalá esto se arregle”.