La precarización, la gran causa detrás de la contaminación

Extrabajadores denuncian que las pésimas condiciones de trabajo y la falta de mantenimiento ocasionan gran parte de los desperfectos de YPF. Responsabilizan al Ministro de Trabajo de Nación, Carlos Tomada

Toda la estructura de YPF pareciera pender de un hilo. Analistas, extrabajadores y especialistas en la materia coinciden en ubicar el punto de inflexión de la empresa, que supo disponer de tecnología de punta y autoabastecer energéticamente al país, en la privatización impulsada a principio de los noventa.  

La decisión tomada por el entonces Presidente Carlos Menem, en conjunto con los gobernadores de las provincias petroleras (entre ellos Néstor Kirchner), no sólo ocasionó la pérdida de miles de puestos laborales, sino que tuvo una incidencia directa en la matriz estructural y productiva  de la petrolera, que terminó cediendo eficiencia técnica  ante la avanzada precarizadora que terminaron por imponer  las decenas de empresas tercerizadas que se formaron para abastecer de servicios a la compañía. 

El achicamiento del personal para el mantenimiento y la sobrecarga horaria de los trabajadores terminó llevando a la seguridad de la empresa a un callejón sin salida. 

En ese marco, y durante las últimas dos décadas, la fragilidad en los controles y sistemas operativos se volvieron una característica distintiva de YPF,  lo que generó en el último año, al menos dos incendios de significativa envergadura. 

En diálogo con Hoy, Carlos Guanciarrosa,  máximo referente de la Mesa Coordinadora de extrabajadores de YPF y Petroquímica General Moscóni, señaló que la contaminación a gran escala producida por el capital nacional obedece a los niveles de precarización  existentes. 

“La situación característica es la precarización del trabajo y la precarización de la forma de operar de la compañía. Por eso es que hay contaminación.  Mientras haya tercerizadas y se mantenga  la reducción de personal,  una empresa de este tipo está en situación de riesgo operativo. Mientras no se ataque la cuestión esencial que es cambiar el concepto y que se ponga a la seguridad por encima de la rentabilidad.  Mientras no se reestablezcan los turnos de trabajo completos y  el estado de mantenimiento  de la Brigada de incendio no cambie, vamos a estar en estado permanente de siniestros. El ejemplo más claro fue lo que ocurrió en Mendoza”, aseguró Guanciarrosa. 

Además, agregó que “los olores nauseabundos que se sienten en la región son porque no se cumplen con la seguridad operativa”.

Una de las críticas que vienen llevando los extrabajadores de YPF tienen que ver con la reducción de las brigadas preventivas, que previo a la estatización disponía, en la refinería de Ensenada, de al menos 40 empleados.  De hecho, en su momento los petroleros  cumplían tres turnos de ocho horas, mientras que a partir de los recortes y ajuste  impulsado por Repsol (y continuado por el kirchnerismo),  los trabajadores pasaron a  cumplír dos turnos de doce horas, lo que aminora la capacidad de intervención y desarrollo de tareas tendientes al mantenimiento y  la prevención de incendio. 

Apuntan al gobierno nacional por la falta de controles

Según Guanciarrosa, la precaria situación de trabajo dentro de YPF es amparada por el gobierno nacional, el cual ha desistido de cumplir su rol de control, tanto en los años de Repsol como en la actualidad. 

“El ministerio de Trabajo y el Ministerio de Seguridad Pública tienen que dar explicaciones por la falta de controles”, agregó el extrabajador de YPF.

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