Polo Petroquímico: la población en peligro

Un estudio de la Facultad de Arquitectura asegura que una explosión no controlada podría afectar seriamente a más de 30 mil vecinos de Ensenada. Además, la proyección de fragmentos llegaría hasta áreas urbanas de La Plata y Berisso

Vivir en las zonas aledañas al Polo Petroquímico de Ensenada significa estar en peligro permanente. El temor ya no sólo proviene de la contaminación ambiental del predio, probada en diversos estudios (ver aparte), si no que a esto se le agrega el riesgo de una explosión que podría generar miles de muertes.

El estallido sucedido en la Destilería de YPF el 2 de abril del año pasado en medio de la inundación que afectó a la región, dejó en claro, según la opinión de distintos especialistas, que ha habido un notable proceso de desinversión en materia de seguridad en los últimos años que pone en vilo a la población.

Según un informe realizado por Greenpeace y la Fundación Ala Plástica, el lugar en donde se produjeron aquellas explosiones (el horno de Coque A), “se encuentra a poco más de 200 metros de las esferas de gas hidrógeno de Petroken (principal productor de polipropileno de la Argentina) y muy cerca de otras instalaciones y contenedores de elementos altamente inflamables”. Por esta razón, las organizaciones ambientalistas afirman que la región estuvo aquel día al borde de una tragedia mucho mayor a la sufrida. 

Reacción en cadena

Un estudio de la Facultad de Arquitectura de la UNLP, realizado por los arquitectos Evangelina Velazco, Isabel López y Néstor Bono, muestra que una explosión en cadena podría afectar de manera severa a más de 30 mil vecinos de las zonas aledañas al Polo Petroquímico.

En ese informe se ejemplifica en base a una potencial explosión de las esferas de gas ubicadas en el sector de Refinería, en la Planta de Gas de El Dique y en Petroquímica, calculando “que el diámetro de la bola de fuego puede llegar a 229 metros y su explosión alcanzaría un índice de letalidad del 99 % en un radio de 368 m. y del 50% en un radio de 539 m.”. 

“En síntesis, más de 30.000 personas - el 59,36 % del total del Partido de Ensenada- están expuestas al riesgo” de una explosión de este tipo. A su vez, se asegura que “los radios correspondientes a la proyección de fragmentos tienen una incidencia mucho más importante, sobrepasan el Partido de Ensenada y alcanzan áreas urbanas de los Partidos de Berisso y La Plata”.

En ese sentido, Alejandro Meitin, integrante de Ala Plástica aseguró a Hoy que “si el fuego hubiera llegado a Petroken hoy estaríamos lamentando no menos de trescientos mil muertos”.

Víctimas del descontrol

Los vecinos de las zonas aledañas al Polo Petroquímico son víctimas de la falta de controles a las empresas contaminantes. Según explicó a Hoy Marcelo Martínez , titular de la ONG Nuevo Ambiente: “El problema es que no existen controles del Estado. Las empresas se autocontrolan, y los resultados de este autocontrol son poco transparentes y no son de libre acceso”.

“Hay una falla del Gobierno de la Provincia que tiene que ver con la falta de estadísticas sanitario-ambientales en las poblaciones circundantes, tanto de La Plata como de Berisso y Ensenada. Desde hace más o menos seis años que dejó de haber estadísticas de este tipo”, aseguró el ambientalista y agregó: “Esto no es casual, tiene que ver por ejemplo con los casos de gravedad respiratoria que hay en la población circundante al Polo Petroquímico”.

En ese sentid, recordó: “Hay un trabajo hecho por personal de toxicología del Hospital de Niños conjuntamente con el Colegio de Trabajadores Sociales, de hace más o menos tres años, que indica la existencia de problemas respiratorios en barrios circundantes tanto de Berisso como de Ensenada que están cerca del Polo”. 

En los estudios que hay disponibles se muestra que el aire está contaminado por la combustión derivada de los procesos productivos, con la emanación de gases y partículas tóxicas. El coque residual, el ácido sulfúrico, los derrames de benceno, los diversos gases de la refinación de petróleo y el ruido de la planta de “craking” catalítico, son algunos ejemplos de las sustancias y elementos contaminantes provenientes de las actividades industriales. De hecho, el radio de influencia de las emanaciones tóxicas de carbón de coque de la empresa Copetro alcanza dos kilómetros a la redonda.

A su vez, cabe recordar que en cuanto a la contaminación de los canales del Puerto que atraviesan el área industrial, la Secretaría de Política Ambiental bonaerense ha realizado denuncias acerca de la contaminación del Canal Oeste, fundamentadas en informes confeccionados por especialistas de ese organismo en 2001 y 2004.

El plan de contingencia

Alejandro Meitin, de la Fundación Ala Plástica, aseguró a Hoy: “No hay datos públicos sobre el Polo Petroquímico y la población no tiene acceso a los estudios epidemiológicos que den cuenta de lo que produce la contaminación, tanto atmosférica como con los efluentes gaseosos o líquidos que emanan de ahí”.

Por otro lado, en torno al riesgo de explosión, reafirmó la necesidad de un plan de contingencia: “Estamos reclamando la implementación de un programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se está aplicando en el Polo Petroquímico de Ingeniero White en Bahía Blanca, por ejemplo, que es el proceso Apple y que consiste en la preparación de la población para la minimización de las pérdidas humanas y materiales ante la posibilidad de una catástrofe”.

“Estamos pidiendo que se implemente un sistema de alerta temprana y de trabajo frente a contingencias como la que ocurrieron y que ocurren cada vez más seguido. Este es un programa de concientización y preparación para emergencias a nivel local”, detalló el especialista.

Noticias Relacionadas