Los tamberos ante una crisis sin fin
Reclaman un plan para cubrir sus costos y tener rentabilidad. Dicen que no quieren ponerle “palos en la rueda” al gobierno, pero que los subsidios anunciados son un “maquillaje” a la gravedad de su situación. “El kirchnerismo profundizó los problemas”, aseguraron
"Los subsidios son una aspirina para el cáncer que sufre la actividad lechera”. La dura sentencia, expresada a Hoy por el director ejecutivo de la Asociación de Productores Lecheros (APL), Daniel Oggero, habla de la “insuficiencia” del plan de salvataje iniciado por el gobierno, que dispuso elevar a 40 centavos el aporte por litro a los primeros 3.000 litros de producción diaria por tres meses; facilitarles créditos y promover la exportación de los stocks excedentes.
Pero la situación de los tamberos es crítica, debido a que el precio que reciben por la materia prima es inferior al que deberían cobrar para ser rentables. “Tenemos en-tre $3,60 y $3,70 de costo por litro y cobramos $2,20. Por esto decimos que los subsidios no sirven, son un maquillaje. Los productores deberían cobrar, como mínimo, $4,50, para cubrir los costos y tener una renta”, aseguró Oggero.
El dirigente tambero de la cuenca de Santa Fe y Córdoba también subrayó que esta crisis “es consecuencia de una larga falta de políticas adecuadas para el sector”, que se agrava por la caída de la industria en el mercado interno y por la baja del precio internacional de la leche en polvo.
El productor lechero aclaró que la intención “no es ponerle palos en la rueda al presidente Mauricio Macri; lo queremos acompañar, pero necesitamos poder afrontar los costos con una renta mínima. De lo contrario, el productor quiebra”, e hizo un análisis desolador: “Desde el 2000 a la fecha no conozco una empresa que se haya fundido; en cambio, desaparecieron 9000 tamberos.
Para Oggero, “es claro que alguien le robó la renta al productor: la empresa o la comercialización. El gobierno tiene que buscar la solución en esos eslabones e ir a fondo, porque los subsidios no resuelven nada. Tampoco los créditos, ya que no los puede tomar nadie, porque no hay rentabilidad para devolverlos”.
En la provincia de Buenos Aires, la situación no es mejor. Los tamberos aún no hablan de medidas de fuerza, quieren “acompañar” el cambio de gobierno, pero se mantienen alertas a la espera de una ayuda que mejore su futuro. “Estábamos mal y estamos mucho peor”, expresaron en un comunicado, tras un encuentro en la localidad de Rivadavia.
Según afirmaron, en diciembre se hallaban en una “situación de quebranto, originada principalmente por la baja del precio por parte de las industrias”, pero tras la quita de las retenciones al maíz y a la soja, sus costos de producción “volvieron a subir”, argumentaron.
“Las medidas económicas tomadas por el gobierno que, no obstante reconocemos que había que tomar, nos perjudicaron; no se hicieron previsiones para advertir la gravedad en la que iba a entrar el sector. Por esto, creemos que los funcionarios nos deben una reunión, para comenzar a trabajar en forma urgente”, concluyó Oggero.
“Todavía no vemos acciones del nuevo gobierno”
Por Juan Aimar (Integrante de la Mesa Nacional de Productores de Leche)
Especial para Hoy
Nos gustaría empezar a trabajar seriamente con el gobierno sobre la lechería viable, para afrontar esta crisis extraordinaria que sufre el tambo y poder aspirar a un mejor horizonte, porque estamos muy mal.
El punto más crítico de nuestra situación lo encontramos en que el precio que cobra el productor está muy por debajo de lo que cobrábamos hace un año, después de una inflación del 30% y una suba en los costos de los insumos en un 60%.
Creemos que durante el kirchnerismo nuestra crisis se agravó, que en la década pasada se diezmó al productor transfiriéndole la renta que le pertenecía, a otros sectores de la cadena. Pero ante esto no vemos acciones del nuevo gobierno que puedan ofrecerle al productor la posibilidad de un horizonte más tranquilo: los subsidios no alcanzan y los créditos son imposibles de pagar.
Por todo esto, reclamamos a las autoridades del ministerio de Agroindustria que nos atiendan, para fijar una agenda de trabajo en función de una serie de medidas como son el orden fiscal, impositivo, financiero y la rentabilidad.