Más de un millón de trabajadores no tienen para comer

Asi lo revela un estudio. También destaca que más de cuatro millones de asalariados son pobres: el salario ya no les alcanza para vivir con dignidad. Los números que oculta el gobierno nacional. Día del trabajador, sin nada para festejar

Nada para festejar. Mañana, primero de mayo, encontrará a los trabajadores argentinos en una situación crítica, no sólo por la falta de oportunidades para quienes se encuentran desocupados, sino porque conseguir un trabajo no significa, hoy, salvarse de la pobreza. Ocupados que no logran satisfacer sus necesidades básicas, que no pueden darle de comer a sus hijos. Precariedad en todas sus formas, amparadas principalmente por el Estado. La desocupación amenazante tras la sombra de la crisis, y la angustia de miles de asalariados, que sufren los efectos de la inflación y las mentiras del relato.

Según un exhaustivo estudio realizado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), coordinado por el diputado nacional Claudio Lozano,  más de un millón de trabajadores no logra llevar un plato de comida, todos los días del mes, a su casa. La situación es desesperante: “si bien los altos niveles de pobreza e indigencia son en parte producto de la falta de acceso al mercado laboral, ya sea porque quienes buscan empleo no lo consiguen o dejaron de buscar por la falta de oportunidades existentes, acceder a un empleo tampoco garantiza por sí solo superar la situación de pobreza e indigencia”, señala el informe, que calcula la pobreza, ocultada por el Indec bajo la orden explícita de Cristina Kirchner, en el 36,5% de la población, con un 12,1% de indigentes. “Esos son los números que el gobierno quiere ocultar”.

Los números de la mentira

Conseguir un trabajo era, antes, la salvación, el salvoconducto para acceder a la clase media, con sus beneficios, sus posibilidades, su proyección y la idea de progreso constante. La historia argentina, sin embargo, ha involucionado hasta el kirchnerismo y su “modelo” que no puede garantizar si quiere el trabajo y el pan, premisas básicas de cualquier proyecto político. 

“Uno de cada 4 ocupados son pobres (25,2%), sumando casi 4,2 millones que no logran acceder a la Canasta Básica Total, de los cuales más de 1 millón no logran satisfacer siquiera sus necesidades alimentarias (6,7%)”, especifica el estudio de IPyPP. Sí, más de un millón de compatriotas se desgarran el lomo para llevar un plato de comida a sus hijos, y ni eso consiguen. ¿Qué festejarán los K este primero de mayo”?

El informe citado ahonda en la problemática, desgranando la situación por categoría ocupacional, y dice: “si bien todas las categorías presentan un nivel considerablemente elevado de pobreza, hay una notable diferencia entre las mismas: mientras los asalariados registrados muestran la menor incidencia de pobreza (14,3%), entre los no registrados hay 4 de cada 10 que son pobres (40,2%). Entre los cuentapropistas más de un tercio no logra cubrir sus necesidades más básicas, a la vez que el porcentaje más elevado de pobreza se encuentra entre los trabajadores familiares sin remuneración (41%)”.

En este contexto, cabe recordar que más del 34% de los trabajadores argentinos son informales, comúnmente llamados “en negro”. “Nada nuevo bajo el sol”, ironizó Cristina hace algunos días. La soberbia, a veces, tiene ribetes tragicómicos. Si tenemos en cuenta las cifras del Indec, menos del 7% de la Población Económicamente Activa está desocupada. Pero el estudio del también economista Lozano desglosa la mentira al señalar que “la subutilización laboral asciende al 16,9% si tenemos en cuenta a aquellos ocupados que trabajan menos horas de las que desean (subocupados)”, y asciende a más del 22% si no se tienen en cuenta los planes sociales y otros trucos de los que se sirve el Indec para considerar a una persona ocupada.

La situación del mercado laboral, pues, obliga a millones de personas a aceptar salarios magros y condiciones inhumanas de contratación. La flexibilidad se da en los hechos, sin ley ni Banelco de por medio (como en el escándalo que sacudió a La Alianza). Aquí, el proceso es más silencioso, pero “la mitad de la fuerza laboral argentina sufre algún tipo de precarizad en su inserción laboral”, asegura el informe.  En la década perdida, la fiesta la hacen los de arriba. Y este día internacional de los trabajadores, una vez más, no tenemos nada que festejar.

Marchas y actos de protestas

Distintas organizaciones, sindicatos y partidos políticos le ganarán la calle al kirchnerismo este primero de mayo, como viene sucediendo desde que se agudizó la crisis, para reclamar por el ajuste emprendido y las limitaciones que pretende realizar el gobierno nacional en relación a las protestas sociales.

Por tanto, los partidos de izquierda, entre ellos el Frente de Izquierda que ganó varios diputados en las pasadas elecciones legislativas, convocan a una movilización y un acto unitario en Plaza de Mayo, mañana cerca de las 17 horas. Antes, habrá diversos actos en repudio a las políticas oficiales y saldrán colectivos para acudir a la movilización desde diversos puntos de la ciudad. La concentración más importante en La Plata se dará, sin embargo, horas antes de que comience el acto en Capital, en la estación de Trenes de 1 y 44. Allí, diversos agrupamientos llaman a unirse a la protesta y a marchar juntos.

Por su parte, la CTA de Pablo Micheli también ha convocado para realizar una marcha en rechazo al proyecto de ley impulsado por el Gobierno Nacional para limitar el derecho a manifestarse. En este caso, la concentración se realizará a las 16 horas frente a la sede del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para caminar al Congreso de la Nación.

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