Mediador en los negocios con el gigante asiático

Franco Macri, padre del jefe de Estado, es el principal artífice en los emprendimientos que la Argentina lleva adelante con la República Popular China. La historia de una relación que ha generado múltiples y millonarias ganancias para la familia presidencial

Declarado por el órgano central del Partido Comunista chino “consejero senior de la República China para sus inversiones en Latinoamérica”, Franco Macri, padre del Presidente de la Nación, es el principal facilitador en los negocios que la Argentina viene realizando con el gigante asiático y que le han reportado en los últimos años millonarias ganancias.

Según consta en el propio cargo que posee el titular del grupo Socma, este puesto clave en la estructura comercial le permite quedarse nada menos que con el 4% del total de los negocios que se llevan adelante por medio de su intermediación, lo que termina siendo altamente redituable para sus intereses personales.

Esta relación de sangre entre el jefe de Estado y su padre es lo que ha sido puesto bajo la lupa en diversos sectores políticos, sociales y económicos. Muchos presumen que detrás de la compra de material ferroviario realizada por Macri en China en su último viaje, por más de 2.400 millones de dólares con la firma China Machinery Engineering Corporation (CMEC), el lazo sanguíneo fue más importante que las necesidades del país de contar con dichas locomotoras, las cuales en su mayoría no son aptas para las vías nacionales.

El representante de CMEC en la Argentina es el propio Franco Macri, razón por la cual  las voces en oposición al negocio se incrementaron, ya que el principal beneficiado es el Grupo Socma, del cual el propio mandatario nacional fue partícipe hasta hace unos años atrás, quedándose así la familia presidencial con nada menos que 96 millones de dólares por la intermediación ejercida en dicha transacción.

Intermediación próspera

La llegada en mayo último a nuestro país de 160 locomotoras provistas por parte de diversas empresas chinas, entre ellas la China Railway Construction Corporation Limited (CRCC), habría tenido también como estratega detrás de toda la operatoria al padre presidencial. 

Este negocio, que se realizó por más de 2.600 millones de dólares, significó, entre otras cosas, que una empresa de origen nacional como el taller ferroviario de Pérez deba cerrar sus puertas, cuando dichas locomotoras se podrían haber fabricado en esos talleres por menos de la mitad del precio total pagado al país asiático.

Vale recordar además la estrecha relación existente entre Franco Macri y su sobrino favorito, Ángelo Calcaterra, quien lideraba hasta hace poco tiempo la firma Iecsa. El año pasado, por intermedio del padre del jefe de Estado, Iecsa se quedó junto a la compañía China Communications Construction Company (CCCC), por medio de la conformación de una Unión Transitoria de Empresas (UTE), con la ejecución de una serie de obras del Programa de Gasoductos Troncales por más de 624 millones de pesos en la provincia de Córdoba.

A esto se le agrega que Socma es socio en la Argentina de la automotriz china Chery Automobile, la cual, en la última incursión realizada por el Presidente a tierra asiática, cerró el negocio de los autos eléctricos, del cual Chery es la principal beneficiada, con un contrato millonario de más de 1.000 millones de dólares. El mismo implica, entre puntos controversiales, la exención para la empresa china del impuesto a los sellos y patentamiento de estos vehículos durante los próximos 10 años, así como también la reducción del 50 por ciento del costo de patente durante la próxima década.

Polémica por las casas prefabricadas

El año 2017 comenzó con la idea del Gobierno nacional de comprarle a China casi un millón de casas prefabricadas hasta 2019 por poco más de 1.000 millones de dólares.

La noticia que despertó la crítica unánime de todo el arco político y social fue que el titular de la compañía china que suministraría las viviendas, Liang Wengen, dueño y presidente del emporio Sany Group, era un viejo conocido de Franco Macri, con quien realizó negocios en la región desde 2010 a esta parte.

El dato más preocupante de este negocio que está en las mentes oficiales es que el valor del metro cuadrado de estas viviendas es de 650 dólares, cuando cualquier empresa radicada en nuestro país que se dedica a levantar viviendas prefabricadas cobra alrededor de 350 dólares, una diferencia por demás alarmante.

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