Milei y Caputo: los arquitectos de una nueva catástrofe económica
Javier Milei se convertiría en el segundo presidente que más endeudó a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que Luis Caputo es responsable del 72% de la deuda total contraída con el organismo desde 1958.
El Presidente Javier Milei no tardó en consolidarse como uno de los principales artífices del endeudamiento argentino. Con el crédito de 20.000 millones de dólares que espera ser aprobado en las próximas semanas, solo es superado por Mauricio Macri, quien tomó 44.000 millones durante su gestión.
Detrás de ambos acuerdos está la misma firma: Luis “Toto” Caputo, ministro de Economía de Milei, quien también presidió el Banco Central durante el gobierno de Macri y fue responsable directo del desastre financiero que provocó el retorno al FMI en 2018.
Desde 1958, la Argentina ha recurrido al organismo internacional en diversas ocasiones, pero ningún otro funcionario concentró tanta deuda como Caputo. Bajo su gestión, el país quedó atrapado en una espiral de dependencia financiera que ahora se profundiza con el aval de Milei. La receta es la misma: ajuste brutal, desmantelamiento del Estado y una carga impagable sobre las espaldas de los argentinos.
El gobierno libertario se jacta de su “plan motosierra” y de su supuesta austeridad fiscal, pero la realidad es que su estrategia no es otra que la repetición de un ciclo de endeudamiento irresponsable que solo beneficia a los especuladores financieros y a los acreedores internacionales. Mientras tanto, el país sufre las consecuencias: una economía paralizada, salarios pulverizados y una inflación galopante.
El dato es irrefutable: en menos de una década, Caputo y sus aliados han sido responsables de la mayor parte de la deuda con el FMI. Lo que vendieron como “soluciones” solo han dejado crisis económicas y una dependencia insostenible. Argentina ya conoce este camino y sabe cómo termina.
El gobierno pierde el control: crisis financiera y desconfianza del mercado
Luego de los sucesos de las últimas semanas, la desconfianza en el equipo económico de Javier Milei y Luis Caputo ha alcanzado un punto crítico. La falta de transparencia en la gestión de la deuda en pesos, sumada a las contradicciones sobre el acuerdo con el FMI, han deteriorado la credibilidad oficial. La incertidumbre se traduce en una aceleración inflacionaria y una corrida cambiaria que debilita aún más las reservas del Banco Central.
La desesperación por contener el dólar llevó al gobierno a maniobras financieras cuestionables, generando sospechas de financiamiento indirecto del Tesoro a través del Banco Nación y el BCRA. En este contexto, el FMI endurecería su postura y exigiría una devaluación inmediata que podría alcanzar al 30%, mientras los mercados anticipan el fracaso de la estrategia oficial. Con las elecciones de medio término en el horizonte, Milei intenta sostener un modelo agotado, pero el pueblo ya paga los costos de un ajuste sin salida.