Le rompió la cabeza a una anciana a martillazos para robarle

La víctima, de 78 años, tiene muerte cerebral. Los vecinos detuvieron al agresor, quien quiso hacerse pasar por su sobrino.

Una anciana de 78 años terminó con muerte cerebral luego de haber sido atacada a martillazos en la cabeza por un delincuente. Este la sorprendió en la puerta de su casa y, para escapar, les dijo a los vecinos que era el sobrino de la víctima. Sin embargo, su engaño no llegó lejos ya que nadie le creyó. Lo retuvieron hasta la llegada de los agentes policiales, informaron ayer fuentes de la investigación.

De acuerdo al relato de los pesquisas, todo se inició cuando Lucinda Palavecino salió a la puerta de su vivienda emplazada en la localidad bonaerense de Libertad, partido de Merlo. Entonces, tomándola desprevenida, se le abalanzó un ladrón que justo apareció por allí, le brindó un fuerte golpe con un martillo y la obligó a ingresar al interior del domicilio, con claros fines ilícitos.

Indefensa y desesperada simultáneamente por la traumática situación, la damnificada comenzó a gritar para pedir ayuda; sin darse cuenta que esa acción enojó aún más al hampón, quien no dudó en asestarle nuevos golpes con la improvisada arma. En lo que no improvisó fue en el sector elegido para dichos ataques: la cabeza.

“Le pegó varias veces, con una saña y una brutalidad escalofriante”, contó un jefe de la fuerza, quien agregó que la cara de la damnificada quedó desfigurada.

Antecedentes
Por suerte para la abuela, un vecino vio cuándo el maleante la obligó a meterse en la finca, por lo que reunió a otros, así como también a familiares de Palavecino. Consumado el bestial ataque y el robo, el implicado procuró darse a la fuga al notar un creciente bullicio afuera. Cuando se prestaba a abandonar el hogar fue recibido por los frentistas.


“Acorralado, les dijo que era sobrino de la anciana”, amplió el vocero, pero los lugareños lejos estuvieron de creer esas palabras, ya que además conocían al verdadero sobrino. Ante eso, el malhechor ganó otra vez el interior, pero ahora para intentar huir por los fondos, sin que su desesperada acción tuviera un final feliz para él.


Fue capturado y entregado luego a las autoridades policiales, quienes lo identificaron y comprobaron que ya contaba con antecedentes penales. Quedó a disposición de la UFI 6 del Departamento Judicial de Morón, se negó a prestar declaración y continuará detenido. Los peritos, a su vez, incautaron de la escena del hecho el martillo ofensor.


Palavecino fue trasladada en estado desesperante hasta la clínica San Juan Bautista. Allí, ayer se comunicó que ya nada podía hacerse por ella, dado que tenía muerte cerebral.