Masacre de Romero: el imputado espera “tranquilo” el juicio, que arrancaría en febrero

El individuo, de 18 años, está acusado de matar a su madre, a su padrastro y a su sobrina. Esta última, de 5 años, fue degollada y descuartizada. Parte de su familia lo considera inocente.

A poco más de un año del triple homicidio que conmocionó a los platenses y que incluyó entre las víctimas a una niña de 5 años, a quien descuartizaron y metieron dentro de una bolsa, la casa de Melchor Romero en donde todo ocurrió continúa vacía. En tanto, el único sospechoso que hasta el momento tiene la causa y familiar directo de todos los fallecidos permanece alojado en un instituto de menores a la espera del juicio que arrancaría el próximo mes.

Los cuerpos de Graciela Holsbak (54), su concubino Raúl Bravo (58) y su sobrina Alma aparecieron el 1° de enero de 2020, horas después de haber sido asesinados tras el brindis de año nuevo en una vivienda de 523 entre 164 y 165. Los adultos recibieron alrededor de 13 puñaladas cada uno, siendo mortal para él una en el corazón y una en el abdomen para ella.

Además se estableció que los atacaron despiertos, ya que tenían heridas defensivas en las manos. A la niña la degollaron y le cortaron las piernas a la altura de las rodillas, para colocar luego los restos en una bolsa de consorcio, que fue hallada en la cocina. “El asesino usó el cuchillo como un látigo”, había descrito por aquel entonces un vocero policial.

Exequiel, hijo de Graciela y tío de Alma, fue detenido cinco días después, cuando todas las fuerzas de seguridad estaban detrás de él, ya que había desaparecido luego de los homicidios. Se acercó por su propia cuenta hasta el destacamento vial de Samborombón, a la vera de la Autovía 2, para pedir un vaso de agua y relatarle a los oficiales que allí había que estaba “caminando hacia Mar del Plata”. Por entonces tenía 17 años (ahora tiene 18), y fue alojado en un instituto, donde permanece. Fue sometido a estudios psicológicos y psiquiátricos que “no fueron determinantes” con respeto a la presencia de una psicopatología de base e incluso con respecto a una posible inimputabilidad.

Creencias opuestas

Hoy parte de su familia lo considera el autor de la masacre y otra lo cree inocente. Su tía Norma, hermana de Graciela, contó que él aguarda “tranquilo el juicio, donde espera contar su verdad”. Relató que “Andrea, la mamá de Alma, está segura de que fue él y estaba aterrada con la posibilidad de que lo dejaran libre, pero yo no lo puedo creer. Hasta que la Justicia no me demuestre lo contrario, él es inocente. No se me pasa por la cabeza que haya podido hacer eso. Siempre me dijo que no había sido y me cuesta creer que una sola persona haya podido matar a tres”. En ese sentido, puntualizó: “Confío en que se haya investigado todo. Solo quiero que la fiscalía me demuestre todo lo investigado. Hace un año que voy, que vengo y es siempre lo mismo. Ya no les creo. Espero el juicio y ahí voy a ver si tienen toda la verdad como dicen los que lo culpan”.

Contó que la defensa solicitó que ante el contexto de la pandemia el joven espere en libertad el inicio del debate, pero no se hizo lugar al planteo. “Él extraña a su familia pero me dijo que quería esperar el juicio en el instituto, que no quería ser una molestia para nadie. Ahí está tranquilo, lee y terminó sus estudios secundarios”, contó. Si bien no puede visitarlo por la Covid-19, sí tienen contacto telefónico.

En diálogo con este multimedio, Norma relató: “Recuerdo a Graciela con mucho cariño, como era ella: alegre. Éramos muy unidas, ella vivía a media cuadra de mi casa y siempre estuvimos juntas, de chicas. La extraño. Pasar las fiestas sin ella y la nena fue muy triste, pero habrá que ir acostumbrándose”.

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