Prisión perpetua para un excomisario que ejecutó de un tiro a un joven

Un excomisario de la policía bonaerense que estuvo prófugo cinco años fue condenado hoy a prisión perpetua por el homicidio de Nicolás Vázquez, un joven al que ejecutó de un balazo en el cuello cuando intentó robar una camiseta de fútbol de un local de ropa deportiva del partido de Lanús, en 2013.

El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora recayó sobre Héctor Alejandro Amarilla (60) por el delito de "homicidio calificado".

Amarilla figuró en la lista de personas más buscadas del Ministerio de Seguridad y por datos sobre su paradero se llegó a ofrecer una recompensa de 500.000 pesos.

Durante el juicio, la fiscal Viviana Giorgi había solicitado la máxima pena para el excomisario por el delito de "homicidio doblemente agravado por alevosía y por su condición de funcionario policial".

En tanto, la abogada Marina Pirro, representante de la familia de la víctima, adhirió al alegato de la fiscalía y requirió prisión perpetua.

Por su parte, la defensa de Amarilla reclamó la absolución o que el delito sea encuadrado como un "homicidio culposo", que tiene estipulado penas de entre 1 y 5 años.

Amarilla, que para la época del hecho se desempeñaba como titular de la seccional segunda de Lanús, estuvo prófugo desde el 25 de septiembre del 2014 y hasta febrero de 2019, mientras pesaba sobre él un pedido de captura nacional e internacional dispuesto por el Juzgado de Garantías 5 del departamento Judicial de Lomas de Zamora.

El crimen de Vázquez (18) fue cometido en septiembre de 2013, aunque la captura del excomisario fue ordenada un año después a pedido del fiscal 8 de Lomas de Zamora, Nicolás Kazewski, quien se hizo cargo de la causa, ya que inicialmente no había sido acusado por el hecho.

El expolicía fue apresado el domingo 3 de febrero de 2019 en un domicilio situado en la calle San Martín al 4500, de la localidad del Rafael Calzada, partido de Almirante Brown, al que llegaron efectivos del Comando Unificado de Fuerzas de Recaptura de Evadidos (Cufre) de Gendarmería Nacional, abocados al Programa Buscar, impulsado por la cartera de Seguridad.

Los investigadores sabían que el excomisario había huido a Paraguay, aunque tomaron conocimiento de que una de sus hijas tuvo un bebé y existía la posibilidad que el viniera al país a conocerlo.

Por tal motivo, se montó una vigilancia en un domicilio, en el que finalmente los gendarmes irrumpieron cuando vieron a la esposa y a la hija de Amarilla arribar al lugar.

El hecho por el que fue condenado ocurrió el 25 de septiembre de 2013 en 9 de Julio y Oncativo, de Lanús, cuando Vázquez quiso robar una camiseta de fútbol de un local de ropa deportiva y, de acuerdo a la pesquisa, Amarilla -que estaba trabajando allí como empleado de seguridad- lo corrió y lo mató de un tiro en el cuello.

El policía terminó con un balazo en una pierna y dijo en esa oportunidad que Vázquez le había disparado, aunque luego se determinó que él mismo se había herido en un intento de justificar la ejecución del joven.

Según se determinó en la investigación, Vázquez se había probado varias camisetas y se retiró del local con una de ellas puesta, sin pagar.

Sin embargo, los familiares de la víctima aseguraron que el policía lo persiguió y a 150 metros del lugar lo ejecutó de un disparo en el cuello, pese a que el joven no estaba armado.

Si bien en un principio un primer fiscal que tuvo a su cargo la investigación creyó la versión del entonces comisario, con la incorporación de distintos peritajes balísticos y el cambio del fiscal (Kazewski se hizo cargo del expediente un año después del hecho), el jefe policial pasó de ser víctima a acusado.

Los investigadores determinaron que Amarilla se había efectuado él mismo el disparo en una pierna con un arma con la numeración limada para fingir un supuesto tiroteo con el joven asesinado y hacer creer que se trató de un homicidio en legítima defensa.

Para avalar sus dichos, entregó su arma reglamentaria y la otra de procedencia ilegal, que intentó hacer pasar como perteneciente a Vázquez.

No obstante, con el correr de la pesquisa los investigadores judiciales obtuvieron más evidencias que comprometieron al policía, que fue exonerado de la fuerza y acusado de asesinato.

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