Informe especial: el incremento del pasivo en Estudiantes y Gimnasia

LO PINCHA EL PASIVO 

Estudiantes atraviesa una grave crisis económica (debe 167 millones de pesos) producto del prolongado accionar de dirigentes incapaces y oportunistas, que juegan con la ilusión de los hinchas. Los números ya empezaron a asfixiar y se impone la necesidad de un ajuste monetario

Mientras el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino deambula por la mitad de la tabla en el torneo Inicial, la economía de Estudiantes se ubica en zona de descenso. La nefasta gestión encabezada por Rubén Filipas entre 2008 y 2011, “maquillada” en primera instancia por resultados deportivos positivos, significó el puntapié inicial para la debacle de una entidad que poseía un pasivo escaso tras la presidencia de Eduardo Abadie.

Los pésimos manejos del ex vicepresidente Marcelo Malaspina y el ex secretario de finanzas Marcelo Nicoletti contribuyeron a un crecimiento exorbitante de la deuda albirroja y la actual gestión dirigida por Enrique Lombardi no ha detenido la tormenta. Por el contrario, el balance aprobado en la Asamblea General de octubre reflejó que entre el 1° de julio de 2012 y el 30 de junio de 2013 el pasivo creció entre 50 y 60 millones de pesos, estableciendo un número escalofriante para el total del mismo: $167.000.000.

La caída libre empezó a mediados de 2011, cuando la anterior dirigencia diagramó una insólita y turbia política de incorporaciones en el mercado de pases previo al torneo Apertura. Ante la inminencia electoral, aquella Comisión Directiva no se preocupó por el futuro de la institución y la endeudó sin rédito deportivo, ya que sumó más de una decena de refuerzos con salarios altísimos y nulas prestaciones, cuyo ciclo fue comandado por Miguel Russo, un técnico caro que apenas sacó 23 puntos gracias a la oportuna aparición de Juan Azconzábal.

En aquel 2011 se dejó ir a uno de los mejores técnicos de la historia de la entidad como Alejandro Sabella y no se avanzó en la construcción del estadio de 1 y 57, cuestión de vital importancia para los hinchas genuinos del Pincha, que debieron soportar a un grupo de dirigentes que jugaba con su buena fe y hacía un negocio de su pasión al no considerar que Estudiantes es una entidad sin fines de lucro. 

Adelantos y mala administración

En el medio de este descalabro, que incluyó adelantos de la AFA en lo que respecta a televisación, los dirigentes Filipas, Nicoletti, Bernardo Barrué, Juan Carlos Violini, Eduardo Guerra y Alberto Asté debieron presentarse a comparecer por el faltante de 21 millones de pesos entre el último balance de esta gestión y el informe de los 150 días de la actual. Finalmente, fueron absueltos por el Tribunal de Disciplina del club, aunque no hubo unanimidad…

Tras recibir una economía en rojo, con muchos contratos altos vigentes y numerosas deudas (incluida una millonaria con la AFIP), la dirigencia de Lombardi cerró el balance 2011-2012 con un déficit operativo altísimo (29,5 millones de pesos) y un pasivo de $109 millones.

En el reciente ejercicio, la CD intentó dejar en claro que el club logró reducir sensiblemente el déficit anual. Es positiva la reducción del gasto destinado al plantel profesional y los avances en torno a Tierra de Campeo­nes, como así también un crecimiento del activo. Sin embargo, el notorio incremento del pasivo refleja una política incorrecta en líneas generales que debe tener un cambio inmediato, ya que los números son inadmisibles. No puede pasar desapercibido además que la dirigencia utilizó diferentes artilugios contables para “pulir” los  números, incluyendo la venta de Duván Zapata al Napoli de Italia, que fue posterior al balance, y la incorporación al activo de los 25 lotes recuperados de City Bell, teniendo en cuenta que ya hay uno sobre el que pesa una inmensa polémica.

La CD tiene la obligación de ajustar las cuentas con estrategias acertadas y tomar decisiones deportivas inteligentes, que estén a la altura de las circunstancias y que no pongan en peligro la continuidad del Pincha en Primera división. El próximo mercado de pases será clave y no hay margen para el error. Todos los clubes deben tener directivos de conducta intachable, pero más uno con el prestigio de Estudiantes, que es tan querido y seguido por una gran masa de la ciudad platense, que necesita en este momento más que nunca que no exista la posibilidad de que se forme un rejunte de incapaces y oportunistas.

UNA PESADA HERENCIA

Las pésimas administraciones de Gimnasia en los últimos años provocaron una catarata de juicios y un aumento considerable en el pasivo que supera los 75 millones de pesos y que pone en riesgo el futuro inmediato. Como siempre, las culpas ajenas las terminan pagando los socios e hinchas

El jueves por la tarde, 520 socios de Gimnasia aprobaron la memoria y los estados contables correspondientes al ejercicio que abarca del 1 de junio de 2012 al 30 de julio de 2013. El voto de la mayoría fue asimilado como un respaldo a la gestión del actual presidente Daniel Onofri. Sin embargo, y más allá del efusivo discurso del titular albiazul de cara a las próximas elecciones, el presente de la institución en materia económica es preocupante, y el futuro, sin medidas coyunturales concretas,  será incierto.

La crisis financiera viene de larga data. Desde los albores del nuevo milenio, el club ha comenzado a transitar un largo camino sin retorno potenciado por el pésimo manejo de las administraciones de turno que van desde los desbarajustes que comenzaron en el gobierno de Héctor Domínguez (1998-2004, ultimo año con Francisco Gliemmo); la era de Juan José Muñoz (2004-2007, cerro la gestión el Vicepresidente Hugo Capdebarhte) que, amparada por la buena campaña del equipo con Pedro Troglio, apuntó a la descapitalización de los inmuebles (cero inversión en Estancia Chica, estadio del Bosque y Bosquecito) y además provocando más noticias por actitudes como el apriete al árbitro Giménez y su relación con la barra brava; la sospechada administración de Walter Gisande (2007-2010), que tuvo como eje central los despilfarros económicos, en especial el juicio de Pablo "Moncho" Fernández, ex jugador y efímero entrenador que intimó a Gimnasia a resarcirlo por su despido (duró 3 partidos).

En tanto, latente está el accionar irresponsable de Héctor Delmar (2010 hasta mayo de 2012 cuando renunció) entregando cheques con alas tan grandes como los sueños esfumados de los hinchas que esperaban de su longevo dirigente la medidas necesarias para salir de la crisis, sin contar su vínculo como socio de Estudiantes y los escándalos mediáticos que protagonizó su hija Graciela derivando en su renuncia indeclinable. 

Obviamente que en este escenario de errores no resultó extraño que el primer equipo descienda de categoría, deba afrontar juicios civiles, comerciales y laborales que alcanzan una suma de 121 millones de pesos y alcance, según quedó reflejado en el ejercicio anterior, un pasivo de 75.034.014,46 millones de pesos.

De todas formas, lejos de esquivar responsabilidades, la actual CD también es responsable del daño económico, ya que en relación al ejercicio del año pasado, el pasivo total tuvo un incremento aproximado de 16 millones de pesos (de $59.791.310) y en términos generales el patrimonio neto mantuvo los mismos valores (cerca de 6 millones y medio de pesos, incluyendo el Bosque). En este sentido, encontrar un único responsable cuando todos aportaron su grano de arena para llegar a esta situación sería injusto y poco realista.  

Múltiples juicios

Entre otros temas, el nuevo gobierno tendrá que frenar la ola de juicios que arrastra desde hace años. Todas las dirigencias han generado que la institución deba asumir demandas millonarias que, como ocurre, sean los socios quienes con su esfuerzo pagando la cuota social, el bono contribución y las respectivas disciplinas, le ponga el pecho a la situación.   

En tal sentido, Gimnasia tiene por delante 65 juicios que fueron acumulados desde las últimas dirigencias. De la gestión de Domínguez se destaca el que inició en 1999 el club All Boys de La Pampa por incumplimiento de contrato reclamando 7.000.000 millones de dólares por los derechos que le favorecen por la venta de Roberto Sosa. 

Con Walter Gisande, las demandas aumentaron considerablemente destacándose la de Pablo Fernández y su ayudante de campo Adrián Czornomaz, que alcanza los 500 mil dólares. Por su parte, la actual dirigencia, con Delmar y Onofri a la cabeza, dejará una herencia millonaria con los juicios que impusieron Ángel Cappa, quien reclama 1.620.474 dólares; Gastón Sessa (4.157.000 pesos); y el ex Gerente Alejandro Ismael (2.160.000 pesos), entre otros.

Pensar en los socios 

Resulta inadmisible que los dirigentes actuales pongan en juego el patrimonio del club por haber tomado decisiones equivocadas cuando asumieron hace dos años. Es cierto que agarraron una brasa caliente que nadie quería tener en la mano producto de lo que mencionamos previamente. Pero eso no significa que no hayan cambiado casi nada en dos años y que lo único que alivia la carga de “culpa” es que el club perdió mucha posibilidad de dinero estando en la B.

Los socios son héroes increíbles por el amor que le tienen al azul y blanco, porque habida cuenta de la situación económica no muchos pueden poner alegremente 130 pesos sin recibir nada a cambio, y lo han hecho, obviamente, porque aman esos colores. 

Viene una nueva dirección dentro de pocos días, esperemos las propuestas en nuestras páginas que van a ir tratando de esclarecer qué piensan hacer los candidatos para sanar la economía del club. Con número reales, no con fantasías…