Los pianos flotaban en el agua

El conservatorio de música Gilardo Gilardi sufrió enormes pérdidas materiales después de que se inundara el subsuelo durante el temporal de la semana pasada

El conservatorio de nuestra ciudad sufrió pérdidas de medio millón de pesos luego de que unos dos metros de agua inundaran por completo los 300 metros cuadrados que ocupa el subsuelo, debido a la tormenta de la semana pasada. Los docentes de la institución pudieron asomarse por la ventana y ver, con impotencia, cómo flotaban los pianos.

“Gracias a Dios era feriado, si no, el lugar hubiese estado lleno de niños” contó al diario Hoy la Lic. Diana Di Giacomo, regente del prestigioso Conservatorio Musical Gilardo Gilardi. “Obviamente estábamos preocupados desde el día de la tormenta, pero por la cantidad de agua que había recién pudimos ingresar el jueves a la mañana. Cuando abrimos las ventanas del subsuelo, desde afuera, vimos los pianos flotando” recordó.

Fueron doce pianos, cuatro timbales, instrumentos de placas y de percusión, flautas, mobiliario y computadoras los elementos que quedaron sumergidos bajo los dos metros de agua (las marcas en las paredes comprueban la altura) hasta el sábado a la tarde, cuando finalmente lograron desagotar con bombas los miles de litros acumulados.

El prestigioso centro de enseñanza musical funciona en el Palacio Cervente, un edificio que data de 1934 y que funcionó hasta 1999 como orfanato de niños. Está ubicado en calle 12 y 522 del barrio de Ringuelet, una de las zonas más afectadas por el temporal.

Allí concurren regularmente alrededor de 1700 alumnos, que estudian alguna de las diferentes especialidades de la Orquesta o los profesorados de música, todas carreras que se dictan de manera gratuita.

Vuelta a las actividades
Para comenzar con las tareas habituales, la comunidad educativa se aboca actualmente a la tarea de limpieza y desinfección. “Estamos sumamente orgullosos de los alumnos y docentes que tenemos, que enseguida estuvieron acá colaborando y en muchos casos dejando sus casas, que también sufrieron el fenómeno de la inundación” señaló Diana.

Después de la limpieza,  deberán encarar  un problema aún más grave: la recuperación del material arruinado.

“Calculamos que las pérdidas son de unos 500 mil pesos” estimó Di Giacomo. De los doce pianos afectados, diez son irrecuperables. Sólo para reemplazarlos, se necesitan, como mínimo, diez mil pesos por cada uno de ellos.  Además de la infinidad de instrumentos, se perdieron más de ochenta paneles acústicos que aislaban las paredes, se arruinó la pintura y se estropearon  divisiones de durlock.
Ahora esperan por lo menos volver a tener luz, un factor fundamental para arrancar a trabajar. La Facultad de Ingeniería de la UNLP se acercó para colaborar en la revisación del tendido eléctrico e intentar solucionar este problema.

A pesar de todo, el objetivo es volver a la normalidad “Tenemos toda la intención de empezar a dar clases lo antes posible. La fecha tentativa de inicio es el próximo 22 de abril. Vamos a comenzar aunque sea dando algunas cursadas en la planta baja y primer piso, que no han sido afectados” señaló la regente.