Resuelven el misterio del planeta Ceres

Desde un lejano mundo se encendían y apagaban luces. Tras descubrirse esa situación, se desarrollaron diversos tipos de teorías, incluida la de la existencia de una posible civilización extraterrestre

Los misteriosos brillos del planeta enano Ceres son solo el reflejo del Sol en un material altamente reflejante de la superficie, según revelaron las últimas imágenes tomadas por la sonda Dawn de la NASA.

Ceres es el más pequeño de los planetas enanos del Sistema Solar y el más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.

La sonda Dawn, lanzada al espacio en 2007, se dedicó a enviar imágenes de Ceres a los científicos para que puedan estudiar su superficie. 

Unas extrañas luces desconcertaron a los estudiosos, quienes sospechaban que se trataba de acumulaciones de algún tipo de roca que reflejaba con la luz del Sol. 

Claro que este tipo de noticias también alimentó especulaciones. Algunos incluso hablaron de actividad de  civilizaciones extraterrestres.

Pero ahora se descartó encontrar aliens y se concluyó que el enclave más brillante del planeta enano Ceres, que se encuentra en un cráter llamado Occator, tiene la más alta concentración de minerales de carbonato jamás vista fuera de la Tierra, principalmente sal.

“Esta es la primera vez que vemos este tipo de material en el sistema solar en una cantidad tan grande en otro lugar”, dijo María Cristina De Sanctis, autora e investigadora principal del espectrómetro de cartografía visible e infrarroja de la nave espacial Dawn de la NASA. De Sanctis trabaja en el Instituto Nacional de Astrofísica de Roma.

A unos 80 millones de años, Occator se considera un cráter joven. Tiene 92 kilómetros de diámetro, con un pozo central de unos 10 kilómetros de ancho. Una estructura de cúpula en el centro, cubierta de material altamente reflectante, tiene fracturas radiales y concéntricas en y alrededor de ella.

Nuevos cálculos

El afloramiento de este material sugiere que las temperaturas dentro de Ceres son más cálidas de lo que se creía anteriormente. El impacto de un asteroide en Ceres puede haber contribuido al afloramiento de este material desde abajo, pero los investigadores creen que un proceso interno juega un papel también.

 Más intrigante, los resultados sugieren que agua líquida puede haber existido debajo de la superficie de Ceres en el tiempo geológico reciente. Las sales podrían ser restos de un océano, o cuerpos de agua localizados, que llegaron a la superficie y luego se congelaron hace millones de años.

Nathan Bourne, de la Universidad de Edimburgo, autor principal de otro artículo que describe los catálogos, declaró: “Nos sorprendimos al descubrir que no necesitamos ir muy lejos en el pasado para ver signos de evolución de las galaxias. Nuestros resultados muestran que la razón de esta evolución es que las galaxias suelen contener más polvo y gas en el pasado, y el universo se está haciendo poco a poco más limpio porque el polvo se ha agotado”.