Alarmante: otro robo de armas a batallón militar

Un grupo comando irrumpió en una dependencia del Ejército Argentino en Campo de Mayo y escapó con pistolas y fusiles FAL. Fue el tercer episodio similar en lo que va del año. Un indicador de la desidia K por desmantelar a las FF.AA.

Que una sede del Ejército Argentino sea víctima de un robo por un grupo comando es un indicador certero de la crisis extrema de las fuerzas armadas, luego de la pésima política que desde el kirchnerismo se brindó al sector. Más cuando no se trata de un episodio aislado, sino que se suma a otros casos similares ocurridos en los últimos meses, uno de ellos en La Plata.

Vulnerabilidad, esa es la palabra que conmueve. Otra vez las fuerzas armadas quedaron en el ojo de la tormenta, cuando trascendió el asalto en el Batallón de Ingenieros 601, en Campo de Mayo, donde los delincuentes se llevaron, al menos,  armas de fuego, entre pistolas y fusiles FAL. Como respuesta ante el escandaloso suceso, el Ejército dio a conocer un comunicado en el que reconoció "la ausencia de nueve pistolas producto de un robo" y anunció que hizo una denuncia judicial por lo ocurrido. Sin embargo, fuentes castrenses detallaron que entre las armas sustraídas había 15 fusiles FAL.

Como descargo poco creíble, según el Ejército, las armas sustraídas "se encuentran fuera de servicio". La fuerza anunció además que inició "las actuaciones disciplinarias que corresponden" y que "se están llevando a cabo las medidas iniciales, con el objeto de avanzar en la investigación".

La denuncia del Ejército fue radicada en la Secretaría Nro. 5 del Juzgado Federal Nro. 2 en lo Criminal y Correccional de San Martín, ante el doctor Ariel Fernando Marsimian. Cuesta entender que un grupo de sujetos irrumpieran al Batallón, con el riesgo que conlleva, solo para sustraer nueve armas que no funcionan.

Una seguidilla que asusta

Este robo vuelve a sacudir al Ejército y al Ministerio de Defensa que conduce Agustín Rossi, ya que se suma a otros resonantes atracos registrados principios de este año.

Como se recordará, en enero pasado un misil TOW 2, con capacidad de perforar vehículos blindados, fue robado del Escuadrón Caballería Blindado 1 de La Plata. A raíz de ese robo el ministerio de Defensa realizó una denuncia en el juzgado Federal 1, a cargo de Laureano Durán, y por supuesto, no hubo ningún avance en pos del esclarecimiento del grave acontecimiento.

Unos días después del incidente del misil, se conoció otro robo de armas, esta vez en el Batallón 603 de San Lorenzo, en la localidad santafesina de Fray Luis Beltrán. Allí las autoridades militares perdieron el rastro de 26 mil balas de calibre 9 milímetros. Por este caso, el Ministerio de Defensa ordenó cerrar el Batallón 603 y removió al director de Arsenales del Ejército, el coronel Hugo Meola. Además, todas las armas que estaban en el cuartel santafesino fueron relocalizadas en otras unidades militares del país.

En el lugar donde funcionaba el batallón "San Lorenzo" fueron creados una Base de Apoyo Logístico y una UMRE (Unidad Militar de Emergencias).

“El problema central es el ninguneo del gobierno”

Ángel Tello (*)
Especial para Hoy

Yo no sé si estos casos de robos de armamentos se dan por descuido, falta de celo en la guarda de esos elementos o acá hay que investigar rápidamente si hay complicidad. Lo que está pasando es muy grave y requiere un serio trabajo del ministro de Defensa y del jefe del Ejército.

Se supone que los batallones son lugares de máxima seguridad, y en esta serie de robos hay grandes errores de control. Se llevan armamentos con impunidad porque lo que se llevan requiere logística y no son elementos pequeños.
Creo que este gobierno llevó adelante una política deliberada de dejar a las Fuerzas Armadas a un estado de irrelevancia. ¿Las razones? Desconozco. Si fue por motivos presupuestarios, no parecería ser una justificación. El problema de equipamiento en la Armada, el Ejército y la Aeronáutica viene de arrastre. Pero la dificultad central es el ninguneo. No se les ha dado el valor que tienen para la defensa nacional. Es un servicio del Estado que ha sido desmantelado. Las Fuerzas Armadas son como una especie de seguro de vida: uno lo tiene no para usarlo pero si lo necesita ahí debe estar. En este momento es insignificante  la capacidad operativa de la marina y aeronáutica.

Y estos eventos de inseguridad marcan una especie de quiebre de la disciplina interna. Se notan ausencia de valores, algo fundamental en la estructura militar.
Estas cosas, los robos de armamentos, pasan porque hay un contexto propicio para que ocurran, y en esto tiene mucho que ver el Gobierno Nacional.

(*) Experto en política internacional, docente de la UNLP, fue vicepresidente de la UNLP y viceministro de Defensa