El fuego de la corrupción

De 26 aviones que supuestamente se iban comprar en 2012, sólo se utilizan seis para combatir el incendio forestal más importante de la historia de Chubut y de Argentina. Ya se destruyeron 34 mil hectáreas. Los brigadistas denuncian no tener elementos básicos

El incendio forestal que se desató en Chubut ya quemó cerca de 34 mil hectáreas,  una superficie mayor de la que ocupa Capital Federal, y a pesar del esfuerzo de centenares de brigadistas, las llamas avanzan. Y la bronca aumenta ya que ayer trascendió que el Gobierno Nacional había anunciado la compra de 26 aeronaves hidrantes por 57 millones de pesos hace dos años, pero ahora solo seis trabajan para sofocar el inmensurable fuego.

Altas fuentes políticas de Chubut, en diálogo con Hoy, responsabilizaron al gobierno K por el desastre ecológico. “Los aviones que compraron solo pueden trasladar 2000 litros de agua. Y mientras descargan, aterrizan, despegan y disparan de nuevo, pasa cerca de una hora, por lo que la tarea se hace infructuosa”. En su cuenta de Facebook, el piloto voluntario Daniel Roy Wegrzyn, integrante de los equipos que trabajan en Chubut, explicó: "Los hidrantes operando en Argentina son aviones agrícolas adaptados al combate de incendios, que si bien cumplen una tarea meritoria y sus pilotos son personas muy comprometidas con ella, presentan fuertes limitaciones”. Además, uno de los encargados de los bomberos denunció serias dificultades en obtener indumentaria apropiada para los socorristas, artefactos de comunicación y movilidad pertinente.

Las fuentes consultadas por Hoy agregaron: “Falta un plan de prevención que incluya contar con aviones con capacidad para llevar 20.000 litros de agua, como tienen por ejemplo Francia y Canadá”.

Lenta reacción en tiempo clave

El incendio se inició el domingo 15 de febrero pasado, pero a pesar de la denuncia de los lugareños, los bomberos arrancaron el combate contra las llamas recién a las 48 horas.  Las fuentes aclararon que “es clave atacar el fuego ni bien se inicia, porque una vez que se expandió todo es mucho más complejo”.

La presidenta Cristina Kirchner anunció la compra de los 26 aviones el 28 de diciembre de 2012, justo el día de los inocentes. En aquella ocasión ella dijo: "A los que quieren provocar incendios, acá tienen una brigadista".

Pero como casi siempre, detrás del anuncio se encontraba una trampa. Se trata de modelos de aviones fumigadores modificados para que arrojen hasta dos mil litros de agua sobre las zonas afectadas, los que no sirven para nada, como quedó demostrado.

Ayer, el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, tuvo que pedir asistencia a socorristas del país vecino de Chile, desde donde ayudaron con dos helicópteros helibaldes. Asimismo, al Gobierno Nacional no le quedó otra que echar, por inoperante, al titular del Sistema Federal del Manejo del Fuego, Jorge Barrionuevo

¿Y las 20 aeronaves que faltan? Un vocero oficial detalló que  hay 13 repartidas en otras provincias del país y siete dedicadas a tareas de mera observación. Una vergüenza.

Falta de un plan de prevención

Daniel Bocos, ex coordinador del Plan Nacional de Manejo del Fuego, advirtió respecto al incendio incontrolable en Chubut que existió un mal manejo en la previsión de este tipo de siniestros. "En los últimos años, desde mi punto de vista, tanto desde el Estado nacional como de los estados provinciales se había caído en una cierta desidia", señaló.

En tanto, el licenciado en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Javier Grosfeld recordó que "de noviembre a marzo es la temporada alta de incendios en el sur y por eso tienen prioridad el uso de los aviones en esas zonas". "Sólo en Bariloche en esos meses se cuantifican mil focos de incendio y por ese motivo tienen tres aviones a su disposición. En el resto de la Patagonia la frecuencia de focos de fuego es menor, pero con el clima actual y la sequía el panorama no es el mejor para combatir las llamas", explicó.

Volcán entró en erupción y causa alarma

El volcán Villarrica, ubicado en Chile a 166 kilómetros de Junín de los Andes, a 200 de San Martín de los Andes y a 300 de Bariloche, entró en erupción ayer a la madrugada, desplegando una columna de lava de un kilómetro y una de humo que alcanzó los 3 kilómetros.

Las autoridades de Defensa Civil de Bariloche advirtieron a la población local que una capa de cenizas podría alcanzar la ciudad.

Se espera que el fenómeno resulte mucho menor a lo que ocurrió en 2011 con el volcán Puyehue, cuyos sedimentos básicamente cubrieron toda la zona, dejando el cielo a oscuras. La nube de cenizas, entonces, llegó hasta Buenos Aires y generó grandes problemas en el tráfico áereo en todo el país.

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