El mensaje que incomoda al Gobierno

Francisco pidió reemplazar la lógica de la división y superioridad por la de la hospitalidad y la fraternidad.  Fue la segunda vez en cinco días que la jefa de Estado argentina escucha reclamos desde la Iglesia sobre la necesidad de escuchar y dialogar

El papa Francisco reclamó ayer una mayor "hospitalidad" con quienes piensan distinto durante una misa multitudinaria en Asunción de la que participaron la presidenta Cristina Fernández y el mandatario de Paraguay, Horacio Cartes.

El Pontífice exhortó a pasar de la lógica de "la división", "la superioridad", "el dominio", "de aplastar" y "de manipular" a la lógica de la hospitalidad y de la fraternidad.

"No se convence con los argumentos, las estrategias y las tácticas sino aprendiendo a hospedar", advirtió e insistió delante de la mandataria argentina en su llamado a "abrir las puertas" al hambriento, al desempleado, a las culturas diferentes y a quien "no piensa como nosotros".

Francisco hizo en su homilía un fuerte llamado a la fraternidad y aunque dirigida especialmente a los cristianos tuvo connotaciones políticas. Esa fue la segunda vez en cinco días que la primera mandataria escucha reclamos desde la Iglesia sobre la necesidad de escuchar y dialogar con quienes piensa distinto.

El arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, lo había hecho el miércoles pasado durante el tedeum del 9 de Julio, cuando criticó "discurso único y excluyente que convierte automáticamente en enemigo al que con todo derecho discrepa".

Dice que lo malinterpretan

Cristina Fernández de Kirchner se quejó en las últimas horas por la cobertura periodística que recibió el telegrama que el Papa le envió el viernes pasado  cuando sobrevolaba el espacio aéreo argentino.

En su cuenta de Twitter, aseguró que fue tergiversado el mensaje de salutación en el que el pontífice abogó por un crecimiento de la Nación en los valores humanos y espirituales y un mayor compromiso de los argentinos con la justicia y la paz.

Claro que obvió mencionar la invasión e intromisión que desde el espacio que ella lidera que realiza con el poder judicial, en el que han nombrado centenares de jueces, fiscales y defensores leales a los K. Y perseguido a magistrados que fallan en su contra.


Bendijo dos imágenes para el padre Pepe

La misa del Papa en el campo grande de Ñu Guazú, ante millares de jóvenes,  fue la última de la gira sudamericana que incluyó también a Bolivia y Ecuador, antes de despedirse ayer a la tarde del pueblo paraguayo.

Miles de peregrinos argentinos participaron de la celebración eucarística después de una noche de vigilia difícil debido a las lluvias y el barrizal que se generó en las vías de acceso al lugar donde se levantó un magnífico altar compuesto por unas 32.000 mazorcas de maíz, cocos, zapallos y miles de semillas.

En el marco de la visita apostólica al Paraguay, el Papa bendijo anteayer dos imágenes de la Virgen que el cura villero José María "Pepe" Di Paola llevó junto con un grupo de vecinos y que serán entronizadas en dos templos de la Villa La Cárcova, de la localidad bonaerense de José León Suárez.

"Estábamos viendo al Papa desde la parte de atrás de la plaza cuando me llegó un llamado y nos invitaron a compartir la misa desde el altar. La gente estaba con mucha expectativa y, gracias a Dios, cumplimos uno de los objetivos que teníamos", dijo el sacerdote.

En otro encuentro fuera de agenda, Francisco se reunió el sábado con Ana María y Mabel Careaga, hijas de Esther Ballestrino, quien fue la primera jefa de Jorge Bergoglio en un laboratorio de Buenos Aires en 1953.

El Papa les reconoció a estas mujeres que su madre, una exiliada paraguaya y militante del Partido Revolucionario Febrerista, fue quien le "enseñó a pensar".

Luego, en la misa, Francisco advirtió  a los feligreses que "una fe sin solidaridad es una fe muerta" y exhortó a la hermandad entre la población, al dar un mensaje en el cierre de su gira en Paraguay.

"Por más misa de domingo, si no tenes un corazón solidario o no sabés que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o está enferma o está muerta", apuntó.

Y, remarcó que "una fe sin solidaridad, es una fe muerte, no es una fe de Jesús".

“Hay que escucharlo más y ‘usarlo’ menos”

Cuando Francisco cumplió dos años como Sumo Pontífice reveló: “Lo tengo que decir, a veces yo me he sentido usado por la política de mi país”.

En una entrevista periodística el Papa se había referido a las problemas que le generan las relaciones con dirigentes políticos del país, al punto que había prometido “no recibir más” políticos en audiencias privadas.

Sin embargo, la presidenta Cristina Fernández asistió ayer bajo el sol de Paraguay a la misa que ofreció Francisco y tras casi dos horas de celebración estrechó la mano del pontífice en el atrio y le regaló un cuadro.

La jefa de Estado logró así su sexto encuentro, aunque breve, con el Papa a quien sorprendió al término de la misa en el parque Ñu Guasú con el obsequio de un recorte de un diario de más de cincuenta años cuando Juan XXIII rezó por la salud de Eva Perón que presentó con un marco de madera labrada.

Desde la oposición salieron a criticar la actitud de la jefa de Estado. El titular de la UCR y precandidato a presidente por Cambiemos, Ernesto Sanz aseveró: “hay que escuchar más al papa Francisco y ‘usarlo’ menos”.