Preocupación en Ensenada por los niveles de asma

Profesionales detectaron  que la presencia de enfermedades respiratorias en menores de 14 años es un 30% mayor que en el resto de la Provincia. El polo petroquímico y el carbón de coque de Copetro, en el ojo de la tormenta

Si bien la fábrica Copetro está instalada desde principios de los años ’80 en Ensenada, poco se ha hecho para cuidar la salud de los vecinos de la región, que siguen sufriendo las consecuencias del procesamiento de carbón de coque. De hecho, los estudios realizados por profesionales en los últimos años no lograron moverle un pelo ni al Gobierno nacional ni a las autoridades municipales, que siguen dejando a los ciudadanos a la deriva ante la contaminación de las diferentes empresas del Polo Petroquímico.

Ayer el neumonólogo y pediatra Daniel Elizalde disertó en el Club Alumni Ensenadense, en el marco de una charla organizada por vecinos autoconvocados de dicha región, para abordar el problema de la polución ambiental.

Elizalde comenzó a investigar sobre el tema en el año 1995 y continuó haciéndolo hasta el 2010, arrojando conclusiones terminantes: “de una muestra de 170 chicos del barrio Campamento en comparación con chicos de Villa Elvira, había un 30% más de niños con problemas en las vías respiratorias”.

La causa

La principal causa de esta situación es el carbón de coque que se produce en la planta Copetro. El profesional recordó que en el año 2004 “había en Ensenada un 67% de internaciones en invierno por enfermedades respiratorias crónicas, principalmente asma”.  A su vez, explicó que en el momento en que realizó el estudio “las montañas de coque estaban a cielo abierto. El argumento de la gente de Copetro era que ellos ensuciaban, pero que no enfermaban”.

“Según nos había explicado la doctora Alicia Ronco, que en aquel momento estaba investigando el tema, de todo el material particulado que arrojaban las montañas de carbón de coque a cielo abierto, las más peligrosas eran las partículas de entre 5 y 7,5 micrones, porque son las que quedaban pegadas en los pulmones”, aseguró Elizalde.

“Después pusieron el tinglado, y ya el carbón de coque no estuvo a cielo abierto. Con eso parecía que se acababan los problemas. Pero yo seguía atendiendo chicos del barrio Campamento que seguían teniendo las vías respiratorias irritadas. Es que todavía quedaba la chimenea de Copetro”, señaló el especialista y agregó: “Me decían que el problema de la chimenea era mínimo, y que ni soñara con que la cambiaran por otra menos contaminante porque la inversión era millonaria”.

A pesar de que el estudio realizado tiene ya varios años, Elizalde aseguró que las cosas no han cambiado demasiado. “El año pasado hice un recorrido por todas las unidades sanitarias de Ensenada, y la situación está más o menos igual”, sentenció.

Marca la diferencia

El doctor Daniel Elizalde remarcó que cuando empezó a trabajar como Director Provincial del Programa de Asma, pudo acceder a las estadísticas de diferentes ciudades de la Provincia. De allí extrajo la conclusión de que “Ensenada tiene un 30% más de enfermedades respiratorias crónicas en el grupo etario pediátrico (menores de 14 años) que el resto de la provincia de Buenos Aires”.

Además, explicó que: “Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en general en las ciudades hay un 10% de los chicos que tienen enfermedades respiratorias crónicas en el grupo etario pediátrico. En cambio Ensenada tiene un 14%”.

Por otra parte, el especialista detalló que el carbón de coque no sólo trae consecuencias en lo respiratorio: “Trae problemas en la piel, porque todo lo que sea irritable trae alergias en la piel”.

Afecta a dos kilómetros a la redonda

“El Dique es una zona en la que termina de caer la mayor parte de lo que sale de Copetro”, señaló ayer el pediatra Daniel Elizalde.

De hecho, según un estudio realizado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP: “El radio de influencia de las emanaciones tóxicas de carbón de coque de la empresa Copetro alcanza dos kilómetros a la redonda. Se observa entonces, que la exposición a las emanaciones de Copetro alcanza a los habitantes – y sus bienes – localizados en el Área Centro de la planta urbana de Ensenada, donde se asienta una parte importante de la población del Partido”.

Por otra parte, en 2007, el investigador Juan Carlos Bidegain, integrante de la Comisión de Investigación Científicas (CIC) de la Provincia, dio a conocer un estudio sobre partículas de carbón de petróleo o coque encontradas en domicilios particulares (provendrían de Copetro), arrojando indicios acerca de la presencia de algunos metales pesados que podrían ser perjudiciales para la salud (vanadio, cobalto, estaño, molibdeno, etc”), causando posibles alteraciones en el ADN de los seres vivos. 

Estos resultados se suman a las denuncias que desde hace varios años vienen realizando vecinos (se presentaron casi 200 demandas en los tribunales de La Plata) que dicen ser víctimas de distintas enfermedades como consecuencia de la actividad de la mencionada fábrica (por ejemplo, cáncer). 

En ese sentido, en 2008 la Suprema Corte de Justicia bonaerense dejó firme un fallo de la Cámara Civil y Comercial de La Plata y ordenó indemnizar a 47 personas afectadas por la contaminación que viven en el barrio Campamento de Ensenada,  a 30 metros de la planta de Copetro.

Una afección peligrosa

Según explicó ayer el pediatra Daniel Elizalde, las enfermedades respiratorias crónicas no tienen un efecto mortal en sí mismas, pero si no son bien tratadas puede ser peligrosas cuando los niños pasan a ser jóvenes.

“En pediatría, el asma no mata. Pero si las manifestaciones como crisis asmáticas están mal tratadas, pueden producir problemas, deterioros en las vías respiratorias. Esto sí puede ser peligroso al llegar a la adolescencia, y ahí sí puede ser mortal”, señaló Elizalde.

En ese marco, aseguró: “Es difícil saber si en Ensenada mueren mayor cantidad de personas por problemas respiratorios que en otros lugares. Esto pasa porque el Hospital Cestino es un gran derivador, entonces las muertes no quedan registradas acá. Hoy por hoy este hospital no tiene más de dos camas de internación, y en el momento en que hice los estudios, tenía apenas ocho”.