Una década de despilfarro K

El gasto público argentino aumentó once veces en los últimos diez años. Pasó de ser uno de los motores de la economía a convertirse en una pesada carga. Los economistas sostienen que es una de las principales causas de la crisis

La crisis argentina resulta cada vez más preocupante. La falta de divisas, la estrepitosa caída de las reservas públicas, el aumento generalizado de los precios, el desempleo y el cierre de empresas, entre otros muchos problemas, ponen en jaque a millones de argentinos, que luchan a diario por hacer valer sus ingresos. Muchos economistas ya hicieron oír su voz de alarma, mientras señalan al desmedido aumento del gasto público como uno de los principales males de economía nacional.

En los últimos diez años los gastos del Estado argentino crecieron once veces. En 2004, el Gobierno conducido por Néstor Kirchner administró 64.200 millones de pesos, diez años después, el de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner; cuenta con 751.000 millones. Los enormes incrementos registrados también han significado una fuerte suba de la participación relativa del Estado en la economía. En tan sólo diez años, el gasto estatal casi duplicó su participación en el PBI, pasando del 14,3% al 22,4%.

Ahora bien, las cifras oficiales publicadas por la Contaduría General de la Nación revelan, además, una importante diferencia entre las gestiones de los dos principales referentes K: el resultado fiscal de 2004 fue un superávit de 8.813,6 millones, el de 2013, en cambio, resultó en un abultado déficit de 85.000 millones de pesos.

La realidad indica que un elevado gasto público no es, de por sí, ni bueno ni malo, sino que lo importante es conocer cómo se componen esas ejecuciones y, por lo tanto, la calidad del mismo. De acuerdo a lo resultados de la cuenta de inversión de 2013, las prioridades del Gobierno estuvieron dirigidas a los subsidios y la publicidad oficial. Ambos segmentos experimentaron subas del 73 y el 84% entre lo presupuestado en enero y lo devengado en diciembre, respectivamente.

Sin embargo, otros sectores se vieron menos favorecidos y en los doce meses de 2013 sus presupuestos fueron recortados. Los programas “Más escuelas, mejor educación”, “Mejoramiento de la calidad educativa”, “Atención primaria de la salud” y “Seguridad alimentaria”, entre otros, sufrieron notables podas, de hasta el 50%, y dejaron en claro que la salud y la educación son menos relevantes para el kirchnerismo.

El desmedido aumento del gasto público es considerado por muchos economistas como uno de los principales problemas que enfrenta el Gobierno. Según explican los especialistas, es una de las causas más importantes del creciente y corrosivo proceso inflacionario y de la escalada del dólar, entre otras complicaciones que afronta el equipo económico argentino, liderado por el ministro de Economía, Axel Kicillof. Se trata de uno más de los graves inconvenientes que el kirchnerismo heredará a los sucesores de la era K.

Subsidios y publicidad: las prioridades K

Los resultados en la ejecución del último presupuesto nacional revelan que los subsidios y la publicidad oficial fueron los dos sectores más beneficiados por el abultado incremento en el gasto público durante la era kirchnerista. En 2013 los subsidios dirigidos tanto al sector público como al privado, costaron un 73% más de lo previsto y lo mismo sucedió en la partida destinada a “Prensa y difusión de actos de gobierno”, que en un año prácticamente se duplicó.

Entre los subsidios, los sectores más beneficiados fueron los de la energía eléctrica y el transporte automotor. El primero, de un crédito original de 18.000 mil millones de pesos, saltó a más de 38.000 mil millones; el segundo, en cambio pasó de 12.000 a 16.400 millones.

En el rubro publicitario, en tanto, el Gobierno había previsto gastar 753 millones, pero a fines de 2013 los gastos alcanzaron los 1.387 millones de pesos. En doce meses se realizaron 432 spots publicitarios, 16 campañas de bien público, 374 campañas institucionales de gestión y 1.638 licitaciones públicas, así como la emisión de un total de 36.000 órdenes de publicidad a los distintos medios de comunicación.

En cualquier caso, las cifras oficiales demuestran las verdaderas prioridades del kirchnerismo, muy alejadas de la realidad de los argentinos y de una verdadera transformación de su cotidianeidad.