Maniataron a una empleada y luego a la magistrada

Asaltaron a una jueza platense en su vivienda de Tolosa

Sucedió ayer por la mañana. Dos delincuentes armados maniataron a la empleada doméstica y luego a la magistrada. “Esto es un ajuste de cuentas porque vos condenaste a mi hermano”, le dijeron. Escaparon con dinero en efectivo y joyas

Los delincuentes armados ingresaron ayer al mediodía a la casa de una magistrada platense, en el barrio de Tolosa, maniatándola junto a su empleada doméstica en una de las habitaciones y escapando con una importante suma de dinero, joyas y objetos de valor. La mujer, jueza en lo Correccional, aseguró visiblemente movilizada que uno de los sospechosos le dijo “esto es un ajuste de cuentas porque vos condenaste a mi hermano”. 

El episodio se produjo alrededor de las 11 de la mañana, en una vivienda ubicada en 531 entre 2 bis y 3, hogar de la víctima, identificada como Claudia Greco. El hecho se dio en momentos en los que Rosalía, la empleada doméstica, era la única presente en el inmueble ya que Greco se hallaba en el juzgado realizando trámites administrativos.

“Me habré ido de casa cerca de las 10.20. No había ido a trabajar porque me sentía mal, aunque más tarde fui a hacer unas cosas. Rosalía estaba en el lavadero. En un momento dado se dio vuelta y vio a un hombre apuntándole con un revólver. La hicieron subir a la planta alta, donde había otro sujeto en el cuarto de uno de mis hijos”, comentó a Trama Urbana la damnificada, viuda del fiscal y juez de cámara Javier Guzmán.

Tarea fina

Según voceros, los malvivientes revolvieron el domicilio en busca de dinero en efectivo mientras la mujer se hallaba inmovilizada, tras ser atada de pies y manos con prendas de vestir. “Alrededor de las 12.15 llegué a casa y mientras estaba en la cocina uno de los ladrones bajó, me tomó del brazo y me hizo subir. Ambas fuimos maniatadas y a mí me pusieron una toalla en la cabeza para que no observara nada, aunque pude verles los rostros ya que actuaron a cara descubierta”, relató la jueza.

Con total tranquilidad, los malhechores se pasearon por cada rincón del domicilio. “Me pedían plata, pero lo único que tenía guardado acá ya lo habían agarrado. Les ofrecí joyas y oro porque más que eso no tenía. Lo que me preocupó realmente fue que me dijeron que era una venganza porque había condenado al hermano de uno de ellos. Fue un trabajo de inteligencia, nada al voleo”, explicó.

Los delincuentes tomaron medias de la damnificada para no dejar rastros dentro de la finca, aunque la Policía Científica logró levantar huellas que quedaron sobre el portón de ingreso. “Mientras estuvieron acá, hablaron dos veces por handie  con gente que, asumo, estaba afuera esperando. Actuaron tan tranquilos que hasta atendieron al muchacho del delivery,  le pagaron un pedido que yo anteriormente había hecho, y le dejaron propina”, agregó Greco. 

Luego de escapar con el botín, la empleada logró desajustarse las ataduras y asistir a la dueña de la casa. Tras un llamado al 911, personal del Comando de Patrullas, al mando de Ricardo Astopini, acudió para corroborar la denuncia. “No tengo cámaras de seguridad pero a partir de ahora voy a tener que poner, ya que esto me deja muy intranquila”, finalizó la jueza.