Esta mañana en 2 y 67

Brutal entradera y delincuente muerto en un patrullero

Un ladrón de 25 años se metió en una casa de 66 entre 2 y 3. Lo atraparon. Terminó baleado en el móvil policial mientras lo trasladaban a la comisaría. Murió en el San Martín

Hermetismo, dudas y una certeza implacable: tras una violenta entradera cometida ayer a la mañana en inmediaciones de la Plaza Matheu, el delincuente de 25 años que la cometió fue capturado y subido a un patrullero del CPC, cuyos oficiales debían trasladarlo a la comisaría Novena con jurisdicción en la zona. Pero allí nunca llegó. En medio del viaje, recibió un tiro en el cráneo, en el interior del coche, por lo que fue derivado al policlínico San Martín. Minutos después, falleció y comenzó un largo día para la fuerza policial local. 

En orden cronológico, todo se inició a las 7.40 cuando el maleante sorprendió a Mariela, una doctora de 45 años que tiene su casa en 66 entre 2 y 3. Su marido, también médico, le contó a Trama Urbana que “yo había sacado el auto del garaje un rato antes, como hago siempre por el tema de la inseguridad antes de dejárselo a ella. Lo acomodé en la vereda y me fui a trabajar. Mi señora salió con mi hijo, de 10 años, para llevarlo al colegio y ahí apareció el ladrón”. 

A punta de pistola, obligó a ambos a ingresar al domicilio aunque, aterrada, Mariela comenzó a gritar, alertando a un vecino que vio la maniobra y llamó al 911. Sin embargo, el caco se introdujo igual. “Le pedía a mi señora que le diera oro, alhajas y la pistola, porque creía que yo era policía. Los maniató a los dos en una habitación, mientras buscaba objetos de valor, y amenazó con cortarle el dedo a ella para robarle el anillo”, agregó el hombre. Y dijo que después sonó el timbre de la casa, el delincuente preguntó quién era y ella le dijo que se trataba de “un vendedor de bolsas de residuo”. En realidad, eran agentes del CPC, alertados del hecho. Mariela atendió el portero y charló con los efectivos, quienes lograron abrir la puerta y sujetar del brazo a la mujer para sacarla. “Ella no quería irse, no quería dejar a Manuel solo”. En el forcejeo con los policías, recibió un culatazo en la cabeza de parte del ladrón, aunque terminó en la vereda. 

Escape y captura

“Volvió a entrar de inmediato para buscar a mi hijo y vio al ladrón que se estaba escapando por el patio del fondo con una cámara de fotos y otros objetos de valor”, mencionó el profesional. Si bien vecinos afirmaron que el caco subió a los techos y quiso fugarse por allí, lo cierto es que fue encontrado en el parque de otra finca, “escondido detrás de un arbusto”. 

Los frentistas también informaron que se produjo un tiroteo entre la Policía y el delincuente con al menos “dos disparos”, aunque “nadie resultó herido”. Tras incautarle al autor del ilícito un arma (en principio se habló de una Bersa calibre 22, aunque después apareció en el interior del patrullero involucrado una 9 milímetros que había sido denunciada como robada) fue subido al móvil policial para ser trasladado a la Novena. 

“El tiro le atravesó toda la línea media del cerebro”

Lo que pasó luego de que al delincuente lo introdujeran en el patrullero y antes de su arribo en estado crítico al policlínico San Martín minutos después es todo un misterio. Está acreditado por testigos de la entradera que al caco lo metieron al móvil esposado y sin lesión alguna. “Estuvo tirado en el piso hasta que lo levantaron y se lo llevaron al coche de la policía, un trayecto que hizo caminando sin ningún problema”, le señaló a este medio un vecino que vio la maniobra. 

Sin embargo, por motivos que deberá establecer y esclarecer la justicia penal platense, dentro del patrullero hubo una detonación que impactó en la cabeza del sospechoso, que contaba con frondosos antecedentes.

Agonizando, los mismos tres oficiales del CPC que se encontraban en el interior del auto de la fuerza lo llevaron a la guardia del nosocomio donde, según afirmó su director, Héctor Canales, ingresó con vida. “Lo trajo un móvil desde la vía pública a las 9, en un estado neurológico muy malo. Tenía un orificio de entrada y salida en el cráneo y (el proyectil) atravesó toda la línea media del cerebro, según se descubrió en la tomografía que se le realizó en esa zona. Se le brindó asistencia respiratoria pero hizo un paro cardíaco porque estaba muy inestable y falleció a las 10.30”, explicó el profesional, matrícula 17391. 

En la guardia del San Martín quedó el patrullero involucrado, en cuya puerta trasera derecha se veían los manchones de sangre. Hasta el cierre de esta edición seguía siendo peritado por miembros de Gendarmería Nacional, quienes buscaron el casquillo. Un investigador aseveró que “se incautó una 9 milímetros que había sido robada la semana pasada”, cuando le fue sustraída a una agente de la Policía en el Registro Automotor de nuestra ciudad. Sin embargo, “la usada en el hecho sería una 22”. 

“Van a rodar cabezas importantes”

La Auditoria General de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad bonaerense apartó preventivamente a los tres efectivos que iban en el móvil, mientras que la investigación pericial quedó a cargo de la Gendarmería Nacional, ya que están involucrados agentes policiales de la Provincia.

Los tres fueron indagados anoche por Betina Lacki para dar su versión de los hechos. Como era de esperar, dijeron que se trató de un “suicidio” luego de que el caco le “robara el arma” al uniformado que lo custodiaba.

A su vez, la titular de la UFI 2 secuestró las armas de dichos uniformados -serán peritadas por los gendarmes- y les tomará declaración a los 20 efectivos que fueron parte del operativo. 

En diálogo con Trama Urbana, un jefe policial aseguró que el caso “va a traer cola” y afirmó que “van a rodar cabezas importantes. Esto no va a quedar así”. Acerca de la posibilidad del supuesto suicidio, el comisario fue contundente: “no creo que haya pasado eso, y la fiscal difícilmente se lo crea”. Otra ambigüedad que presenta el caso es que, a palabras de Héctor Canales, director del San Martín, el ladrón “ingresó a la sala del shock room sin esposas”, aunque los testigos de la entradera detallaron que el caco subió al patrullero con los grilletes metálicos en sus manos.  Esposado o no, suena irreal que haya podido robarle el arma al oficial que tenía a su costado, para dispararse después.

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