Amigos son los amigos: historia del Real La Plata

Una historia muy particular, de las que el mundo del fútbol hace posible

Uniendo a hombres de distintas edades y estatus, con la excusa de hablar el idioma universal del fútbol, un grupo numeroso de amigos y conocidos animan su propia fiesta. Son los jugadores inoxidables que se dan a conocer como el Real La Plata. Cada sábado, o domingo, tal vez un feriado, cuando el árbitro pita el inicio del juego, los instintos y la añoranza de habilidades desarrolladas desde la niñez, hacen de un partido no oficial un espectáculo aparte.

Sin tanta dirección táctica, pero respetando los maravillosos códigos de un vestuario, el equipo va rotando según las obligaciones y los momentos de la vida de cada hombre. En definitiva, al Real La Plata van llegando los que más ganas tienen.

Algunos ex futbolistas como el ex Racing (campeón del mundo) Juan Carlos Rulli, de los años sesenta; el caboverdiano Custodio Mendes, Cristian Guaita y Alejandro Russo, de los ochenta, José "Pepo" Soto, de los noventa; Miguel Del Curto de los setenta, Roberto Stringa o Piatti de los cincuenta. Una mezcla exquisita, con una dinastía referente del fútbol platense: los Verón. Es que Juan Ramón es titular fijo en el Real La Plata (cómo corre y discute) y a veces llama a sus hijos Fabián y a la archi figura Juan Sebastián (debutó el 25 de octubre pasado). También de los gloriosos sesenta están firmes “Tinga” Flores y Jorge Lafuente, quienes tuvieron su "fama" en la Tercera insuperable de don Miguel Ignomiriello.

“Para reconstruir la historia hay que llegar hasta 1960, en la curva de Gonnet, donde se había partidos impresionantes... y cada nene”, cuenta Lafuente, que por entonces era un pichón que asomaba en las menores de Estudiantes. De aquellos tiempos recordó a los Cuningham (Walter y Willy), al “Bicho” Potenza, “Piti” Abadie, el “Negro” Panzeira, “Rolo” Pietra, Seba De Pacha, Galarregui, enumera con la memoria perfecta del futbolero irrenunciable. Entonces, como una copia de aquel plantel, surgió este que incrementa en amistades, las nuevas y las que renuevan, con el transcurso de los años.

Este ritual lo lleva a Lafuente a tener su propio personal trainner a los 67 años, "como para no pasar papelones”.

BRASIL, CORRIENTES, COLOMBIA

El Real La Plata tiene su campo “oficial” en el Prado Español, en Villa Elisa. Uno de los días del fin de semana está bien para moverse y cumplir con el ritual del partido y el asadito.

Pero sería muy aburrido si no aparecieran “rivales”. A diferencia de los tiempos del barrio contra barrio, ellos reciben (y devuelven la visita) a unos brasileños de Tatuí, a 100 kilómetros de San Pablo. “Son los amigos del Real Matismo”, contaba uno de los brasileños veteranos dando la explicación exacta –que no por ello deja de ser bromística- de la elección del nombre para el escrach: “como somos viejos, estamos con reumatismo, así que nos pusimos Real Matismo”.

Estos clásicos ya llevan varias ediciones, desde 1991, con sobremesas estiradas hasta que los huesos y los ojos dicen basta, a dormir que mañana hay que salir a trabajar. “¿Qué podemos decir de los hermanos de Brasil? Son increíbles: vamos y nos reciben con bandas musicales, con fuegos artificiales y de ahí nos llevan a otros lugares: Santos y Portuguesa Santista”.

Desde hace ocho años surgió otro adversario bien bravo. De Corrientes, un grupo de ex jugadores que nunca dejan el vicio. “El contacto llegó por intermedio de Juan Carlos Rulli, uno de nuestros grandes ídolos, con Alfredo Trevor, que cuando murió siguió la relación a través de un hermano”, cuenta Lafuente, un verdadero caballero, una de las promesas que tuvo la época dorada Pincharrata, que siguió ligado al club desde alguna comisión (en juveniles sugirió en su momento a Andrés Padrón, y a Julián Camino en sus primeros tiempos como DT para las infantiles).

Lafuente… como su apellido lo está indicando, el ingrediente de los ingredientes, el fuego sagrado, de donde todo nace: el amor a la pelota. Un inquieto que fuera de la cancha sabe moverse inteligentemente para reencontrar a esos pibes que pisaron veredas que ya no están, y surcaron con sudor la tierra de campeones que tampoco vieron más.

EL PLANTEL

Juan Rulli, Alberto Giangrande, Bruno Szalankiwicz, Juan Arancet, Néstor Rulli, Jorge Vega, Héctor Agostinelli, Cayetano Duva, Jorge Fernandez, Jorge Lafuente, Héctor Piombo, Raúl Piatti, Roberto Salas, Rodolfo Lara, Miguel Trevor, Manuel Jalil, Edgardo Rivero, Adriano Custodio Mendes, Víctor Miloslavsky, Gustavo D’onofrio, Jorge Antonio Herrera, Gustavo Bolzán, Eduardo Díaz, Fabián Fux, Jorge Silva, Jorge Goncalves, Adriano Grassi, Darío Marin, Gualberto Nieto, Juan Lencina, Cristian Hornos, Salvador Badoyán, Luis Avellaneda, Leonardo Barrio, Juan Benítez, Pablo Blanco, Carlos De Marta, Miguel Del Curto, Eduardo Lachalde, Guillermo Maldonado, Héctor Marozzi, Julio Aguirre, Miguel Romero, Juan R. Verón, Fabián Verón, Sebastián Valdovino, Alejandro Batista, Ricardo Tangredi, Marcelo Badoyán, Luis Prates, Cristian Guaita, José Francisco Soto, Alejandro Russo, David Duva, Guillermo Uribe, Guillermo Heinz, César Tomas, Ariel Campagna, Ricardo Soto, Marcelo Tijero, Piatti y “Tinga” Flores.

Por Gabriel "Colo" López