“De todo lo que hice, no me arrepiento de nada”
Marcos di Palma, referente del automovilismo argentino, habló con diario Hoy en la antesala de la última fecha del TC, que se disputará en La Plata, y contó algunas de sus locuras a lo largo de su carrera
Con fama de mujeriego, corredor audaz, carismático y “loco”. De esa manera se puede descubrir a Marcos di Palma, sinónimo del automovilismo nacional.
Hijo de Luis Rubén di Palma y María Cayetana lo Valvo, el nacido en Arrecifes el 10 de diciembre 1972 atiende el llamado de El Clásico, mientras hace un impasse en su rutina de reuniones en Capital Federal para hablar de la definición del campeonato del TC en La Plata y de su incursión en el mundo de las motos.
—¿Qué es de la vida de Marcos di Palma?
—Hace seis años que estoy comercializando motos. Tengo 17 agencias a lo largo de todo el país, incluso en Arrecifes. El mes pasado viajé a China para empezar a realizar unos trámites con el objetivo de que las motos lleven mi propio nombre. Les estoy dando una primicia (risas). Obviamente estoy abocado a mis hijos e intentando vivir como siempre, con el carisma que me caracteriza.
—¿Te arrepentís de algo de lo que hiciste a lo largo de tu carrera como corredor?
—¡Uf! No, la verdad es que estoy totalmente de acuerdo con lo que hice en mi vida. Si estuviera arrepentido, seguramente algo estaría fallando en mí (risas). Me he divertido mucho durante mis años dentro del automovilismo, es lo que busqué en mi vida. Quizás sea más conocido por lo mediático, además de distintas circunstancias que llevaron a que esto sea así. Igual, no me arrepiento de nada.
—¿Considerás que fuiste un buen piloto?
—Yo considero que fui un mal piloto, por eso no pude ganar cosas. No estoy a la altura de Guillermo Ortelli, quien ganó mucho. Si me pongo a competir con él, seguramente pierda y pase vergüenza (risas). En realidad, traté de pasarla bien, de disfrutar el automovilismo, porque es lo que me encanta. Así me fue...
—¿Tu experiencia más linda?
—Dentro del automovilismo, cuando corrí con mi viejo (Luis Rubén). Poder haber compartido tantos años con mi papá, que me aconseje y encima verlo feliz fue lo más lindo que me pasó dentro de esta carrera. Asimismo, recuerdo mucho cuando empezamos a correr en el Turismo Carretera, en las épocas gloriosas del TC, no como hoy que está un poco complicado.
—¿En cuánto te afectó la muerte de tu padre?
—Mi viejo se mató en su ley, haciendo lo que quería, como debe ser. Estuve mal, claro, pero es el envase que contenía a mi viejo el que se fue. Es la regla. Cuando Dios te necesita, te manda a llamar. Nos va a ir tocando a todos, uno por uno. Se van yendo los abuelos, los viejos. Él pensaba que yo iba a morirme antes, pero se me adelantó.
—¿Di Palma le tiene miedo a algo?
—No, para nada. Siempre pensé que hay una vida mejor que esta, y por eso no le tengo miedo ni a la muerte. No es que quiera morirme mañana, pero tampoco me interesa llegar a viejo. La muerte no condiciona mi vida.
—¿Qué opinión tenés del automovilismo argentino?
—Yo estoy retirado, no puedo decir cuáles son las complicaciones que atraviesa hoy, pero ha decaído mucho lamentablemente. El Turismo Carretera apenas hace 2,5 puntos de rating en la televisión y eso te marca una tendencia. Antes, el automovilismo era indiscutiblemente uno de los deportes o actividades que más gente convocaba en Argentina, hoy en día eso está muy lejos.
—¿Cómo ves el final del TC en La Plata?
—No tengo dudas de que Guillermo Ortelli va a pelearla hasta el final. Hay muy buenos pilotos, confío en que van a dar un buen espectáculo en La Plata.
—¿Qué opinión tenés del autódromo Roberto Mouras para esta definición?
—Es muy lindo. El autódromo está en buenas condiciones. La parte de infraestructura, de boxes. La verdad es que lo han llevado por buen camino. Seguramente será una linda función la que se viva en la última prueba del Turismo Carretera.
—¿Volverías a correr?
—No, eso ya no.
—¿Por qué?
—Si me llamaran de la dirigencia, obviamente les podría dar una mano, uno siempre está dispuesto a sumar y aportar. Me gustaría mandar un saludo a toda la gente de La Plata, estamos a punto de terminar otro año y esperemos que el próximo nos encuentre más unidos.